"¿Preferirías quedar atrapada a la deriva en el espacio y morir lentamente mientras se agota tu oxígeno o chocar de frente contra el sol y desaparecer en un segundo?" Alicia rompe el silencio que ha reinado en la habitación desde que el último de nuestros compañeros sucumbió al cansancio y a la ridícula cantidad de alcohol ingerido.
Yo que estoy sentada cerca de la cabecera de una de las camas, me levanto teniendo cuidado de no despertar a Ángel que descansa muy cerca de mis piernas cruzadas y me dirijo al alféizar de la ventana donde está ella.
La luz de la luna forma un halo azul verdoso a su alrededor que solo resalta más el color de su cabello rojizo. Su mirada se despega de la ventana cuando siente que me dejó caer a su lado con la espalda reposando en la pared opuesta a la suya en el alféizar.
"Supongo que tendré que ir a lo seguro y decir que prefiero esperar que el oxígeno se acabe," respondo con un dejo de duda en la voz.
"¿Sabías que en el vacío del espacio lo que te mata no es la falta de oxígeno? Sino que la ausencia de presión te hace estallar los pulmones al aguantar la respiración. Y si es que acaso lograrás continuar respirando sin contener la respiración, en tan solo quince segundos perderías el conocimiento y en noventa morirías—," no tengo ni idea de dónde saca todo esto, pero decido creer que sabe de lo que habla por su expresión totalmente seria, "supongo que es bueno que pierdas el conocimiento así de rápido, porque además de todo lo anterior el punto de ebullición del agua es mucho menor en el vacío, por tanto tu saliva y tu sudor hervirán, al igual que el líquido alrededor de tus ojos."
"¿Entonces que me recomiendas hacer Alicia? Ya sabes si alguna vez me quedo atrapada en la inmensidad del vacío—."
"Sucumbir ante el fuego siempre es una buena opción," responde sacando un mechero del bolsillo de su chaqueta, le observo abrir la tapa que automáticamente enciende la flama y luego pasar su dedo índice por ella, "también es bueno aprender a ignorar tu instinto natural, reprimir tu respiración por más que tu cuerpo te lo pida, no es la mejor opción—," dice como si me estuviera dando un consejo de vida y yo sonrío, ella sonríe de vuelta pero su sonrisa es esa que siempre pone cuando está a punto de decir algo que tal vez no debería, "esconder lo cachonda que te pone tu compañera pelirroja de la academia también es un instinto que deberías ignorar Raquel."
Las palabras se atoran en mi garganta y siento como me es difícil respirar de repente y no soy capaz de responder a su directa acusación. Sus palabras resuenan en mi cerebro y tal vez ella tenga razón, la mejor opción nunca es dejar de respirar, ni quedarse ahí como un pez fuera del agua, sin decir nada, cuando deberías estar haciendo lo posible para iniciar el protocolo de control de daños y contener el desastre que tu silencio prolongado ha causado. Siento mis mejillas enrojecer con cada segundo que pasa hasta que vuelvo a tener el control sobre mi cerebro.
"¿Qué dices Alicia? Eso no es verdad—," digo y ella se ríe burlonamente.
"Sabía que eras de las que no apuestan por el fuego, que pena—," suelta encogiéndose de hombros.
La llama de su mechero destella los últimos segundos de luz anaranjada sobre su cara antes que cierre la tapa abruptamente y se ponga de pie para buscar algún rincón libre de una de las dos camas individuales donde acostarse, pero al ver que éstas han sido completamente invadidas por nuestros cuatro compañeros que duermen ruidosamente su borrachera, se queda allí de pie observándoles.
Algo se apodera de mí. Tal vez sea el eco de su risa burlona que aún resuena en mi cabeza, o lo molesto que es verle dejar nuestra conversación a medias para irse a dormir y que se atreva a pensar siquiera en hacerlo mientras yo estoy aquí, cuando a su lado a mí me queda difícil incluso respirar y dormir no es una alternativa cuando ella está en la misma habitación. No sé la razón, pero la siguiente frase sale de mi boca sin mi permiso.
"¿Preferirías quedarte aquí a verles dormir su borrachera sin poder dormir nada tu o venir a mi habitación conmigo y probablemente tampoco dormir en lo absoluto?" Su rostro se ilumina con una sonrisa traviesa y me entero de su respuesta cuando automáticamente se dirige a la puerta.
"Yo prefiero sucumbir ante el fuego siempre, Raquel," dice cuando la puerta de su habitación se cierra detrás nuestro y nos dirigimos por el pasillo hacia la mía.
...
Esa noche no distingo bien donde inicia el fuego que es Alicia y termina el mío, solo sé que una llama crepitando por ella incesantemente en mi interior.
Su cuerpo chocando contra el mío cubierto por una liguera capa de sudor es una visión que no me gustaría olvidar nunca.
Alicia es como el sol y de repente lo entiendo, una y mil veces preferiría morir en un segundo chocando contra el sol, que viajar a la deriva en el vacío que provocaría el no tenerla cerca.
"Ahora lo entiendo Alicia, sucumbir ante el fuego es algo que haría, si tú eres ese fuego que me quema," susurro mirándole apoyada en mi codo sobre la cama y ella abre los ojos, "porque tu Alicia Sierra, eres el sol."
"Que moñas te has puesto Raquel, pero si voy a seguir tu juego diré que—," Alicia sonríe girándose hacia un costado para mirarme, "—tú Raquel Murillo, eres el oxígeno sin en cuál mi fuego se extinguiría."
Quisiera creer por siempre esas palabras de nuestra primera noche juntas, pero más pronto de lo esperado me doy cuenta que su fuego sigue crepitando en mi ausencia, porque le veo marcharse con Germán y no vuelvo a verle durante años.
A veces pienso en el día antes de que se fuera, cuando la confronté sobre esas palabras tontas que nos decíamos y como con expresión casi científica me respondió, que el sol no arde en fuego como nosotros lo percibimos, que su calor se debe a las reacciones nucleares en su interior y por tanto la ausencia de oxígeno en el espacio no puede afectarle.
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Ralicia Oneshots | LCDP
FanfictionBueno pues este es un lugar donde escribiré sobre Alicia y Raquel, por diversión y para distraerme... Tendrá apariciones especiales de Sergio, porque no sé ustedes pero ese es básicamente el único ship de poliamor que logró aceptar al cien por cient...