Capítulo 1

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¿Alguna vez te has sentido como un viejo cardigan? ¿Alguna vez te has sentido como una pieza vieja de ropa la cual puede ser desechada cuando pasa de moda? Quizás así es como me siento. Aunque no te culpo (nunca lo hice y jamas lo haré).
Si tan solo pudiera ahogarme en una botella de su perfume, si tan solo así me quisieras tanto como a ella.



// Tamara Warner //

De nuevo estoy por entrar tarde a clases. Siento que me estoy acostumbrando a hacerlo, sin quererlo obviamente. Tengo que decir que no solía actuar de esta forma. Desde que Matías, el nuevo novio de mi mama vino a vivir con nosotros a casa, las cosas están cambiando para mal en mi familia. Mis padres aún no se divorciaron, por lo tanto, mi padre esta realmente enfadado con mi madre debido a tener nueva pareja, y es más, por llevarlo a casa. No lo culpo, aunque tampoco lo consiento. Para mama también fue difícil enterarse que él la engañaba con una compañera de trabajo. Sin embargo, yo soy solo un personaje ausente en toda esta historia. Ambos están demasiado ocupados en sus problemas de pareja y en como poner furioso al otro, que jamas me prestan atención. No quiero sonar infantil, pero siento que no existo para ellos. En realidad, es así. Aunque, por suerte, siento que ya me acostumbre a su indiferencia. Desde que soy pequeña nunca tuvieron el papel de padres muy presentes. Es más, siempre me culpaban de sus problemas matrimoniales y discusiones. 

No soy de la clase de persona que culpa a sus progenitores de sus errores, y jamas lo haré, a pesar de todo se que ellos me aman, aunque a su manera.

Secundaria Bilingue de Buenos Aires - 7:40 A. M.

- Son solo 10 minutos de tardanza Profesor - Intentaba hacerle entender al profesor de Historia, Acosta, que estaba mal juzgándome. Si escribía una vez más mi nombre en el cuaderno de faltas quedaría libre. No podía hacerle eso a mis padres, no podía defraudarlos. 

Acosta respondió - Está bien Señorita Warner, pero que sea la última vez, la próxima quedará libre - Realmente me sorprendió que sea "flexivo" conmigo. Tenía la mala fama de ser como todos los demás profes de Historia, amargados y aburridos, aunque esa vez no me pareció así.  

Procedí a sentarme, luego de que Acosta me hiciese señas de manos para que lo haga. Caminé desde la entrada del salón hasta la ante última mesa de la fila de la derecha, lugar donde siempre solía sentarme. Cabizbaja no logré notar que Lucas Rossi estaba sentado allí. Era obvio, debía sentarme junto a él, aunque sabía que eso le molestaba y no deseaba irritarlo.

Lucas era mi novio. Él iba a la primera división de mi año. Fue realmente sorprendente verlo ahí, en mi curso, sentado, con la carpeta encima de la mesa. Hacía ya tres meses estábamos juntos, aunque muy pocas veces nos veíamos. Yo estaba enamorada de él desde primer año, ya nos encontrábamos en el ante último y sería la primera vez que nos sentaríamos juntos en la escuela, o en cualquier sitio.

Luego de ver a Lucas, me senté a su lado y apoyé mi mochila en el piso. De reojo observé hacia donde él estaba sentado, quería saber si me estaba mirando. Era de esperarse; no me estaba observando, en cambio estaba viendo a una chica, Amelia Russo, jamás me cayó del todo, aunque no había nada que yo pudiese hacer en ese momento.

El profesor de Historia comenzó la clase, y en ningún instante Lucas me dirigió la palabra.

Sonó el timbre del primer recreo y terminó la clase, para fortuna de mis compañeros que ya comenzaban a dormirse en sus asientos. Por mi parte, logré prestar atención a todo lo que Acosta decía y me pareció interesante. 

Todos nos paramos y salimos al patio. Sentí a alguien detrás mio, supe entonces que era Lucas, quien se detendría a minimamente saludarme. Entusiasmada esperé a que me hablase, aunque solo lo vi pasar delante mío, para luego dirigirse a su grupo de amigos, los cuales se encontraban metros adelante. Enserio creí que me hablaría, sin embargo, ya que no lo hizo, decidí acercarme y hacerlo yo. 

 Toqué su hombro cuando ya estaba tan cerca de el que lograba apreciar sus hermosos rizos cayendo por su espalda. Él se dio vuelta en dirección mía. Apenas logré encontrar el angulo, lo abracé, seguro lo tomé de sorpresa, por la cara que luego puso. Aguardé entonces, porque me devuelva el abrazo, aunque no hubo respuesta alguna, solo sentí que me tomó con fuerza de las muñecas haciendo que me aleje de el. Acto seguido, sus amigos se fueron caminando hacia el siguiente patio, dejándonos solos.

Casi sin demostrar humanidad me dijo - Tamara, no quiero que me hables cuando estoy con mis amigos. - Su rostro no mostraba mucho amor o amabilidad, realmente le había molestado que me acercase. 

Sin importarme demasiado le respondí - Lo siento Lucas. Sabes que no fue mi intención avergonzarte - 

Soltándome las muñecas contestó - Bueno, ya lo hiciste - Y luego se marchó en dirección del siguiente patio, dejándome sola, una vez más, tal y como siempre lo hacia. 

El resto del día lo pasé conmigo misma, sentada en el banco bajo el árbol que se hallaba  en el centro del último patio de la escuela, pensando, quizás, en que había hecho mal para que Lucas se enfadase conmigo.

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