Delirium || Three Shot. ♤

» 02: Amor en ruinas. •°

Sans Toi - Pomme.

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[N/A: ¡Hola a todos! Luego de casi una semana les traigo la parte 02 de este Three-Shot. Estoy bastante emocionada porque, aunque me costó un poquito de trabajo terminar esta parte debido a la longitud del capítulo, el resultado me ha dejado satisfecha. Amo mucho a la pareja de la que tratará este fragmento de la historia así que no se cuestionen el porqué de todo lo que leerán, ahre. En las notas del final encontrarán más detalles, y también, espero que noten las referencias que hay y el crossover con otra pareja. uvu Espero que disfruten la lectura, así que sin más que decir hasta la nota del final, los dejo con los +17K de este cap. <3]

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«Y cuando caiga la noche
para nunca volver a llorar,
busco un par de brazos
para refugiarme allí.
Solamente por un beso,
para no volver a verme sin ti.»

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Cuando se decide empezar a jugar con fuego, sabes que estás propenso a quemarte. No deberían sorprenderse cuando, al final de aquel juego, todo lo que obtienen son lágrimas contenidas y la sensación de haber perdido algo. Un beso agridulce de despedida, un perdón no susurrado y una promesa rota era el resultado de lo que empezó como una propuesta peligrosa y efímera. El anhelo pudo mucho más que el juicio del que eran acreedores, y ambos compartieron el mismo cáliz de la verdad... no podían perder algo que jamás les había pertenecido.

¿Se pertenecieron alguna vez, o todo fue parte de la seducción y las ansias? ¿Él había sido suyo, o siempre aceptó las migajas de lo que este podía darle? Besando la grava hasta la extenuación, venerando las heridas en sus rodillas que eran causadas por el mismo ente que le acariciaba la mejilla y luego le daba la espalda, encandilado a muerte por la persona que estaba cientos de peldaños más arriba de él y le miraba de reojo desde su trono hecho de mármol y almas en pena... la predicción de su fatídico final había estado allí desde el inicio. Ingenuo había sido su corazón, necio y crédulo su sentir que había entumecido su habitual serenidad y le había obligado a abandonarse, a ceder ante sus brazos.

El deseo puede ser un arma letal cuando halla un huésped débil a sus encantos. Había sido tan débil ante aquellos ojos oscuros que le acechaban con intenciones oscilantes, aquellas manos fuertes que le atraían de las caderas con posesividad y tomaban de él cuanto querían, destrozando su vida sin miramientos para moldearla a su antojo, lo habían llevado a la ruina. Fue una víctima más de un par de labios carmín que lo elevaban para hacerle tocar el mismo edén si así lo querían, deshaciéndolo a voluntad para luego desterrarlo a las tinieblas; dejándole arder en el infierno.

"Afila tus dagas para devolverme a un río de lágrimas o sucumbe a aquello que habita en tu interior para hacer de esto una embriagadora relación pasional."

Luego de ir tan alto, siempre debes estar listo para recibir la caída.

Mientras su mirada se paseaba por los barrotes de la mazmorra, deseó haberse clavado la daga brillante de su padre en el pecho cuanto tuvo la oportunidad. Con una sonrisa demente que demostraba su pobre estado mental, Jefferson deseó ser devorado por la oscuridad para no despertar nunca más; porque tal vez así podría sentir que su condena acabaría por él mismo; que sus deseos eran importantes por una vez desde que tuvo consciencia del mundo.