Eres Mi Salvación

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Capítulo 02

Los días pasaron y mis notas en matemáticas no cambiaron. Los problemas con mis padres aumentaban, y todo por la dichosa beca. Siempre, en cada discusión tiene que salir a relucir la beca. 

Ya sé que mis padres quieren lo mejor para mí, una de esas cosas es que vaya a la mejor universidad y ya que no tenemos mucho dinero, tengo que ganarme la beca completa y para ello tengo que en mi promedio final sacar mínimo 16.Y lo único que me falta es matemática y al paso que voy, no creo sacar un promedio menor a 16.

Mis padres quieren que estudie medicina, para seguir con el legado de la familia. O mejor dicho obtener  la herencia familiar. 

Déjame contarte.

Mi padre hace muchos años, cuando él iba a su último año de secundaria, se enamoró de mi madre (quien tenía una beca completa en una de las secundarias más caras). Mi madre era pobre y mi padre era el hijo de un importante médico de todo el país. Y sí, la historia se repitió, mi abuelo quiso separar a mis padres pero ante todo obstáculo, mi abuelo no logró su objetivo, entonces desheredo a mi padre. Mi padre creyó que no necesitaba ese dinero, por ello se peleó con mi abuelo y se fue a vivir su historia de amor con mi madre, y desde ese momento no mantenemos ninguna clase de contacto ni comunicación con mi familia paterna.  

A la hora en que mis padres quisieron entrar a la universidad, tuvieron varias dificultades, trabajaron para ganar dinero y pagarse todo lo que pedían en la universidad. A pesar de ello no lograron terminarla. Ya que mi abuelo tampoco se los permitió, él iba a cada una de las universidades a la que iban mis padres a malograrlo todo y que los directores los expulsaran. 

Todo eso generó que mis padres vivieran frustrados y estresados por ganar dinero y que yo estudiará tanto como pudiera para ganar la beca universitaria de medicina. 

Cuando mi abuelo murió, su abogado le entregó a mi padre un documento donde decía que el primer nieto que logrará graduarse de la universidad de medicina con buenas notas obtendrá la mitad de la fortuna. 

Ese día mis padres no se dieron cuenta que yo escuchaba todo. Y aunque me cueste creerlo ellos solo fingen que les importó, al menos así lo veo, solo quieren el dinero, sin importarle el daño que me hacen. 

Después de hacer mis tareas, mi madre me manda un mensaje diciendo que llegarán tarde del trabajo y me pide que pida comida al delivery. 

Minutos después se escuchó ruido en la planta baja de la casa. 

—¡Emily, baja ahora mismo!. 

Me paro de la cama al escuchar su grito. Hoy es sábado, mi padre debería estar en su trabajo. Según el mensaje de mi madre, esta noche tendrían que llegar tarde, así que no sé qué hace mi papá aquí. 

Bajo tan rápido de las escaleras que casi me caigo. 

—Papá ¿Qué pasó? ¿Por qué gritas?. 

—¿Por qué sigues sacando malas calificaciones, eh? Dime. 

Me muestra mensajes donde el profesor ha hablado con él sobre mis vahis calificativos. 

—Papá... 

—Tú madre y yo hacemos todo para que estudies y tú ¿qué haces? estás todo el día en el celular ¿no?. 

—Papá no es cierto, no sabes como es el profesor conmigo, no sé, al lo mejor el profesor no sabe enseñar y por eso no aprendo. 

Escucho que el timbre suena. Debe ser el delivery.