Encuentra un nuevo lugar

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El tiempo pasaba con una lentitud, como si no hubiera ningún apocalipsis fuera de esas cuatro paredes. Jiseok no tenía forma de contar los minutos que habían pasado dentro del baño, pero por el tiempo que estuvo sentado junto a Jooyeon podía deducir una hora.

A diferencia de sus expectativas, Jooyeon era una buena compañía para estar en silencio. La mitad del tiempo estuvieron simplemente recargados contra la pared, el silencio los envolvía en una manta protectora, de vez en cuando podían escuchar las gotas de agua caer desde los grifos o gritos fuera de los baños.

Después de un tiempo de estar en silencio Jooyeon empezó a tararear una canción. No se había detenido desde ese momento. Y Jiseok tampoco podía encontrar en él pedirle al otro que se detuviera, encontró calma en su tarareo y muy pronto cerró los ojos, dejándose llevar por la voz de Jooyeon y tratando de tranquilizar su mente.

No sabía qué era lo que haría a continuación, no sabía a dónde ir, no sabía cómo saldría de ese baño; lo que si sabía era que iba a sobrevivir. Iba a salir de este infierno aunque le costara todo. No iba a morir aquí hoy.

Los baños tenían solamente tres cubículos con retretes y cuatro urinarios al lado de los tres lavamanos. Era un pequeño cuarto con el único propósito de hacer las necesidades. Las luces estaban encendidas, pero eran tenues, debían de ser cambiadas cuanto antes.

"¿Por qué estabas en los casilleros del equipo de béisbol?" Jiseok preguntó con el propósito de llenar el aire entre ellos, ya no quería estar solo con sus pensamientos por más tiempo. Eso y que sentía genuina curiosidad por el por qué Jooyeon estaba ahí.

Jooyeon paró de tararear y fijó su mirada en las luces. "Ah" Se tomó su tiempo para responder, pero Jiseok esperó, dándole tiempo al otro para que acomodara sus ideas. "Me había saltado la clase de la mañana".

Jiseok sonrió de lado "No te creo" Bromeó y Jooyeon se rio, su cabello cayó sobre sus ojos.

"Aunque no lo creas, no tenía ganas de tomar la clase de artes. No soy muy bueno con eso" Su mano se alzó para acomodar su cabello. "Y decidí ir a las canchas de fútbol para ver los entrenamientos. Pero a mitad del entrenamiento pude ver cómo una chica llegaba hasta los campos, su ropa estaba sucia y rasgada, como si se hubiera arrastrado por la tierra varias veces. Entonces fue directo hasta el entrenador, el entrenador le habló y habló, le dijo que fuera a la enfermería, pero la chica no le hizo caso. Fue directamente hacia él y en un parpadeo lo había mordido en el estómago" La mirada de Jooyeon se fija en Jiseok y éste no puede apartarla. "Vi cómo el entrenador colapsaba gritando y pidiendo ayuda. La chica se aferraba a él como una sanguijuela, rompió su carne y se la comió sin masticarla. Entonces vi cómo a los minutos el entrenador cobraba vida y se levantaba como si fuera un cadáver viviente, fue hacia un jugador que estaba preocupado y lo mordió" Los ojos de Jooyeon eran cálidos, un potente color café, como el chocolate amargo. A Jiseok le recordaba a su hogar.

"En ese momento recordé los casilleros del equipo de béisbol que casi nunca usaban y me fui a esconder. Iba a esperar a que las cosas se calmaran un poco para poder salir" Jooyeon tenía unas pestañas muy largas, al parpadear rozaban sus mejillas manchadas de tierra y Jiseok sintió la necesidad de alzar su mano y limpiarlas. No lo hizo. "Hasta que llegaste corriendo y maldiciendo a todo el mundo" Su sonrisa era enorme, el estómago de Jiseok se tambaleó cuando vio los dientes de Jooyeon, eran tan blancos y brillantes, como perlas de mar.

Jiseok bufó indignado y alzó la voz. "Lo siento, estaba un poco desesperado ahí atrás"

"Te salvé la vida" Jooyeon sonrió más fuerte y se acercó a Jiseok.

Jiseok tragó saliva y trató de no alejarse, quería mostrarle que no lo intimidaba. "¿Quieres que te de las gracias?" Jiseok se encontró susurrando en el espacio que los separaba.

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⏰ Última actualización: Apr 15, 2022 ⏰

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