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¿Quién eres?—Pregunté directamente.
Pasaron varios segundos y aquellos labios gruesos de un tono rosado que tenía enfrente no emitieron alguna clase de fonética, era evidente que su dueño no tenían la intensión de hablar. Solamente se dedicó a observarme, su penetrante mirada hizo que mi cuerpo se erizara por completo como el aquel frío viento de las mañanas.
La sensación era cada vez más incómoda, por lo que decidí empezar a retroceder. Cada paso que retrocedía aquel sujeto lo compensaba, esta acción continuo hasta llegar a los primeros escalones de aquella escalera de mármol que antes había bajado. No podía retroceder más.
Estaba acorralado...
En el momento que gire levemente mi cabeza a la derecha, pude visualizar al señor Kim y al otro sujeto viéndonos. El ambiente en ese preciso momento era demasiado tenso y silencioso, que únicamente se podía escuchar el bullicio de los carros y personas que pasaban fuera del edificio, era como si el tiempo en cuestión de segundos se hubiera paralizado.
Jackson—prosiguió—, la foto.
A pesar de hablarle al otro sujeto, su mirada aún decaía en mí, sus grandes ojos grises se movían lentamente de arriba hacia abajo, como si tratara de escanearme por completo. No quería doblegarme o mostrarme con una expresión de miedo. Sin embargo, la situación en la que estaba en esos momentos limitaban demasiado mis acciones.
Christopher es él.—Afirmo el hombre de ojos esmeraldas.
Cuando aquella foto se posicionó en las manos del moreno, su mirada se direccionó a ella. Solté un sonoro suspiro, era un alivio, no tener su penetrante mirada puesta en mí. No obstante, su presencia aún era demasiado notable en mi cuerpo; la tensión que palpitaba por mis hombros hasta llegar a mis manos y los rápidos latidos en mi corazón, genero una cierta rigidez en mi cuerpo que nunca antes había sentido.
Era algo demasiado extraño...
Como si mi cuerpo reaccionara a aquel hombre que tenía enfrente. En el instante en que su vista se separó de aquella imagen mi cuerpo volvió a un estado rígido, ¿Qué me sucedía?
Fue difícil encontrarte—prosiguió—, ¿Creíste que te podrías ocultar para siempre?—Pregunto con cierta arrogancia mientras volteaba aquella foto.
En el precisó momento en que mi vista se posó en aquella imagen, sabía que iba a hacer imposible volver a escapar de mi pasado. Ya no podía volver a correr como el cobarde que había sido hace tres años, tendría que afrontar aquella tormenta que se venía. Sin embargo, el recuerdo de aquel día aún nublaba por completo mis pensamientos.
Tendría que pagar todos mis pecados de alguna manera.
Tienen tres segundos para alejarse del joven Nicolás.—Se escuchó una voz detrás de mí.
