A veces encontramos algo que no sabíamos que teníamos perdido...
CG/10:54
A veces me pongo a pensar, ¿Por qué la gente cree que el amor es la base de la felicidad?, ¿acaso el estar solo, tan poco cuenta como felicidad?...
Esto es una estupidez.—Suspiré.
Veía como aquel humo que antes tenía en mi boca en cuestión de segundos desaparecía, de alguna manera tenía la necesidad de volver aspirar aquel cigarrillo que tenía entre mis dedos, pero simplemente lo apague. ¿Frustración?, lo más probable, después de todo está es la doceava vez que trato de escribir un párrafo decente para iniciar este libro. Desearía nunca haber aceptado este trabajo, incluso en estos momentos aun no entiendo el motivo concreto del porqué acepté realizar un libro de romance. Tratar de trasmitir emociones y sentimientos es algo que siempre he tenido dificultad de lograr. Incluso la opción de matar al protagonista, fue algo que me planteé al principio.
El estar sentado sin saber que escribir era demasiado frustrante. Mi mirada aún decaía en aquel párrafo escrito, ninguna palabra era plasmada, por lo cual el parpadeo de aquella línea negra era lo único que se movía dentro de la pantalla de la computadora. Incluso el sonido del teclado seso, todo en aquella habitación era silenciosa. Lo único que se podía escuchar era el sonido de las manecillas del reloj pasando los segundos.
Sin duda un ambiente de tranquilidad...
Demasiada tranquilidad.
¡Maldito idiota, tienes que pagarme los tres meses de atraso! —Y así, la tranquilidad se esfumó. —¡Abre la puerta, sé que estás ahí!, ¡Tienes que pagarme! —
Seis golpes y cuatro patadas, era la cantidad exacta que proporciono a la puerta, aquel sujeto que tenía como arrendador. Sus insultos y gritos no cesaban, solamente era cuestión de minutos para que alguien le reclamara por aquellos.
Al parecer era imposible tener una vida tranquila, después de todo el único culpable de mis desgracias era yo. Escapar de casa luego de tener una discusión con mi padre, era algo que no estaba en mis planes hace tres años atrás, incluso dejarlos de hablar tampoco lo estaba. Aun no comprendo como en cuestión de segundos mi vida cambio de repente, al parecer aquella estúpida frase de alguna manera era cierta. A pesar de las consecuencias que trajo mi decisión, no iba a actuar como la víctima desdichada. Sabía que el único causante de todo esto, era yo.
Necesito otro cigarrillo.
¡Salté imbécil!, ¡Espero que guardes tus cosas, hoy mismo te vas! —
Era definitivo, necesitaba otro cigarro. Para mi discrasia, aquel quinto paquete de cigarrillo de la semana pasada se encontraba vacío. Tendría que ir al supermercado, después de todo, ya no había nada en el refrigerador. Lo único con una apariencia comestible, era aquella dona rellena de chocolate que había dejado el jueves durante el desayuno, cosa que pensándolo bien tendría que desechar.
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𝙏𝙀 𝙀𝙉𝘾𝙊𝙉𝙏𝙍𝙀
Novela Juvenil»»---- 𝘿𝙀𝙎𝘾𝙍𝙄𝙋𝘾𝙄𝙊𝙉 ----«« 𝚃𝚎 𝚎𝚗𝚌𝚘𝚗𝚝𝚛é, 𝙰𝚜𝚒𝚎𝚛 𝙽𝚒𝚌𝚘𝚕á𝚜 𝚁𝚞𝚜𝚜𝚘 𝙲𝚘𝚕𝚕𝚒𝚗𝚜... 𝚃𝚎 𝚎𝚗𝚌𝚘𝚗𝚝𝚛𝚊𝚛é, 𝙲𝚑𝚛𝚒𝚜𝚝𝚘𝚙𝚑𝚎𝚛 𝚁𝚘𝚐𝚎𝚛𝚜 𝙱𝚕𝚊𝚜...