...Prólogo...

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Había pasado casi 10 hora y 50 minutos, caminaba de un lado a otro preocupado por su pequeño hermanito, lo habían llamado cuando estaba cerrando aquella cafetería que tanto había conseguido con su trabajo,  está muy emocionado por darle su regalo a su pequeño hermano.

Quería matar al ese hijodeputa que se había atrevido a tirarle ácido a su pequeño hermano, aunque esté, ya le había al vertido que se alejara ya de las pandillas y se pusiera a estudiar  gastronomía la cual era el sueño de su hermano tener un restaurante.

Sabía que era su culpa, nunca debió meterse el a aquella pandilla, aunque eran ya buenos amigos con estos, no hubiera pasado lo de hoy.

Después de un rato salió el doctor con una enfermera y en ella llevaba una radiografía,  Parece que no era la cara la única parte que salió dañada,  parece que habían logrado apuñalar también en un costado de un riñón aunque por suerte no llego a este si no hubiera Sido un problema, en una de las radiografía se pudo ver cómo las costillas estaban rotas, pero lo que más lo impacto fue que su hermanito no podía volver a ver, aquel ácido había llegado a sus ojos.

–doctor... Se podría hacer algo por la visión de angry o algún tratamiento para que pueda ver... —.desesperado ve al doctor tratando de llorar.

–si hay una forma, aunque es un poco imposible que alguien quiera dar sus ojos  y agarramos los de la morgue puede llegar a tener infección.

–muy bien, entonces daré los míos — habla firme sin importar las consecuencias de algún futuro, primero estaba su hermano angry y en estaba después.

Continuara....

Tal vez en otra vida  Nahoya kawataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora