El diario de Heather

1. Marco Humblecut

Capítulo 1
Marco Humblecut

- Heather Maxwell, quedas arrestada por el asesinato de Marco Humblecut - logré sentir las esposas rodeando mis manos, no hice ningún intento por soltarme. Sabía que se descubriría la verdad tarde o temprano.

5 años antes...

Cada año, el pueblo de Makanda solía organizar una feria que recaudaba fondos para la única escuela del lugar. Era un solo edificio para 12 grados, porque solo había la posibilidad de estudiar hasta la secundaria, las personas que salían del pueblo a estudiar la preparatoria era porque de verdad eran muy inteligentes y obtenían becas, o porqué tenían mucho dinero (más probable lo primero).

La gente seguía creyendo en qué una de las tantas opciones para salir de ese pueblo, era salir a la ciudad y encontrar un hombre con muchísimo dinero, así se solucionarían todos tus problemas y los de tu familia.

Mi familia no era pobre, pero tampoco defecaba dinero. Vivíamos con lo justo y humildemente, comíamos carne una o dos veces al mes, y para nosotros eso era la gloria, éramos 3 hermanos. Lourdes, la mayor; empeñada a buscar a un empresario millonario que le diera la vida que ella creía merecer. Hugo, el de enmedio; él era un flojo, quería que todos sus problemas lo solucionara mi madre. Y yo, la menor; quería creer que podía salir de ese pueblo por mis propios medios y llevar a mi familia a un lugar más decente, dónde pudiésemos comer carne más de una vez a la semana.

Mi madre era empleada de la señora Stevens, la mujer con más dinero del pueblo, es decir "La alcaldesa". Y mi padre era un carpintero y mecánico.

Y cómo dije, el pueblo estaba en el evento más "grande" del lugar. Era cuando mi familia y yo trabajábamos más. Mi padre y mi hermano haciendo los escenarios para las pequeñas bandas que tocaban en la feria y poniendo los juegos en acción. Mi madre, mi hermana y yo, preparando comida, limpiando la plaza y lavando ropa ajena. Yo podía notar lo cansada que estaba mi madre, pero ella no lo aceptaba, cargaba con el peso de tres hijos y ella quería dar todo por ellos.

- ¡Lorena! - Los gritos de la señora Stevens se escuchaban por toda la casa.

Mi madre soltó rápidamente el cuchillo con el que cortaba las papas y se acercó a las escaleras rápidamente - Dígame señora Stevens.

- Mi hijo vendrá a visitarnos hoy al pueblo, y necesito que todo esto se vea impecable, no quiero que se sienta asqueado por la mugre de este lugar, así que date prisa - mencionó.

- Claro que sí señora Stevens - contestó mi madre con la cabeza hacía abajo.

- Y... Lorena, por favor, hazte un favor y búscate una ropa más decente, trabajas con la alcaldesa, no con un indigente.

Mi hermana y yo nos miramos molestas, no me gustaba que la señora le hablara así a mi madre por el simple hecho de ser su jefa.

Mi madre no dijo nada, solo regresó en silencio a seguir cortando las papas.

Mi hermana soltó el sartén que estaba lavando - No puedo con esto mamá, ya basta.

- Solo es un sartén, cariño - contestó mi madre con la voz algo quebrada.

- No me refiero al sartén, me refiero a tu jefa. ¿Por qué permites que te humille así?

- Porque gracias a ella comemos, Lourdes - el tono de voz de mi madre había cambiado.

- ¿Y eso le da derecho a ofenderte?

Mi madre evadió la pregunta - Heather, ¿puedes pasarme la pimienta?, por favor.

Me levanté de mi silla y tomé la pimienta de la alacena, para dársela.

- Mamá, te he hecho una pregunta - dijo Lourdes algo molesta.

Pero ella seguía sin contestar, mi madre nunca discutía con nosotros, siempre se quedaba callada, y eso le molestaba mucho a Lourdes, y muchísimo más a mi papá.

- Madre, te he hecho una pregu... - mi hermana iba a protestar, pero alguien la detuvo.

- Yo creo que ella no quiere contestar - y ahí estaba, Marco Humblecut Stevens, el hijo de la alcaldesa. No podía creer lo que estaba viendo, lo conocí cuando era una niña y el casi un adulto, se veía ejercitado, estaba muy bien vestido. Una barba ligera adornaba su cara y sus ojos eran muy verdes.

- Lo siento señor Humblecut - mi madre se disculpó.

Marco volteó la cara hacía mi madre y luego miró a mi hermana - No es usted quién debería disculparse, ¿no es así Lourdes?

Mi hermana hizo una mueca de disgusto y con los puños apretados, contestó - Una disculpa, señor Humblecut.

La sonrisa de Marco adornaba su cara, de oreja a oreja, arrogante y contento por poder dominar a la chica. Y ahí estaba, Marco Humblecut, siempre así, de fastidioso, engreído, con el ego más grande de lo que mido yo.

Y en unos segundos, pude sentir su mirada en mí, era como si pudiera escuchar mis pensamientos, porque justo cuando estaba juzgando su manera de ser me veía.

- Heather, cuánto tiempo sin verte - tomó mi mano y la besó.

Sonreí forzadamente - Señor Humblecut, un honor recibirlo.

No soportaba a ese hombre, desde pequeños siempre me había molestado, hacía comentarios insultantes sobre mi aspecto, sobre mis prendas, sobre si tenía dinero o no. Todo el tiempo me había juzgado, y quería patearle la cara, pero por respeto a mi madre no lo hacía.

Me miró unos segundos y volteó rápidamente hacía mi madre - Bueno, las dejo, estoy seguro que tienen mucho que hacer, y no quiero intervenir, hasta luego señoritas Maxwell, un placer verlas.

- Hasta luego señor - contestamos las tres.

Hubo un silencio tremendo en la cocina, sabía que mi madre estaba molesta, pero no nos decía nada. Mi hermana y yo solo nos mirábamos de reojo, temíamos que mi madre explotara.

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Después de haber preparado todo para la noche, Lourdes y yo corrimos a nuestra casa, teníamos que usar nuestros mejores vestidos, porque cada año llegaban hombres de diferentes lugares de la ciudad con mucho dinero, elegantes y apuestos, algo como el señor Humblecut, incluyendo lo engreídos.

Quizá la que conseguiría novio sería mi hermana, ella era muy bella y encantaba a la gente, sin embargo, tenía que presentar a su familia lo más elegante posible.

Nota del autor: Hola a todos, espero que les esté gustando, estoy muy contenta por volver a retomar mi escritura, extrañaba tanto crear nuevos personajes y nuevas historias, disfrútalo mucho y llora conmigo, te quiero mucho. Besitos en tus cachetitos. 🌙

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