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Sunghoon se esparció en su asiento con cierto cansancio. No es que fuese un amargado ni nada por el estilo, pero disfrutaba del silencio y la calma, y Sunoo sentado a su lado era todo lo contrario, era ruidoso y revoltoso, demasiado como para ser un estudiante de último año de derecho, y Sunghoon comenzaba a cansarse luego de una semana

—Kim, habla más bajo —se quejó, cubriendo sus ojos con su brazo, eran las ocho de la mañana y sentía que moriría si escuchaba a Sunoo reír una vez más

El nombrado lo miró con el ceño levemente fruncido —Pero si estoy hablando normal

—Entonces habla más bajo de lo normal, la cabeza me mata y no cooperas 

—No es mi culpa que hayas decidido salir a beber en día de semana, Sunghoon, te mereces la resaca —el chico respondió con cierta diversión y decidió volver a ignorar a su agonizante compañero para seguir conversando con Yuna, una de sus mejores amigas, quien para su suerte -y desgracia de Sunghoon- se encontraba sentada justo frente a él

El menor mantuvo su animada conversación con su amiga mientras Sunghoon sentía que su cabeza de un momento a otro comenzaría a caerse a pedazos. El profesor aquel día estaba tardando una infinidad, y por primera vez Sunghoon no estaba feliz con aquello

Desesperado por algo de paz metió su mano en su bolsillo hasta encontrar su billetera, buscó en ella y finalmente sacó un par de billetes que tendió a un confundido Sunoo

—¿Qué?

—Te estoy sobornando —informó Sunghoon

Sunoo en un principio pensó que el mayor bromeaba con aquello, pero su mano con los billetes seguía extendida hacia él, y su mirada demostraba que estaba hablando muy en serio

—Me gusta ser sobornado —con una pequeña sonrisa tomó los billetes, entregó uno a Yuna, guardó el resto, y de aquel punto hasta el final de la clase se mantuvo en silencio, lo cual agradó a Sunghoon, haberlo sobornado había valido la pena

KISS ME SLOWLY -SUNGSUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora