El infierno de Takeo

Capítulo 1-El correo

Takeo se levantó sudando y agitado, otra vez había tenido la misma pesadilla...Ya estaba harto de no poder descansar bien por las noches. Se levantó de la cama y fué al baño para lavarse la cara, estaba pálido y desaliñado.
Suspiró y se dió una ducha de agua tibia, al terminar se vistió para luego ir a su oficina, agarrar una caja de cigarrillos y encender uno. Sabía que fumar no era bueno para su salud y menos si era una persona asmática, pero ya nada le importaba.

Prendió su computadora y empezó a trabajar, como de costumbre, las horas pasaban y Takeo aún seguía trabajando.
Le dió hambre ya que no había desayunado ni almorzando, a veces se le olvidaba, se dirigió con paso lento a su cocina y preparó un café, el olor a café le subía el ánimo y por alguna razón le relajaba bastante.

Mientras disfrutaba de su delicioso café, un ruido que venía de su computadora llamó su atención, para darse cuenta de que se trataba de un correo, era raro ya que no acostumbra a que le llegaran. Pero no le dió mucha importancia y lo abrió.
Al leer las tres primeras palabras sintió como el miedo invadía su cuerpo...

"Soy Tanaka Hiroshi, necesito que vengas, ya sabes donde..."

Ese nombre le traía muchos recuerdos y no de los buenos, esa persona pudo contactarlo y estaba seguro de que era para desgraciarle la vida otra vez, cómo en su pasado...Cerró la computadora rápidamente, agarró su chaqueta, las llaves y salió de su casa, casi corriendo se dirigió a la estación de trenes, impacientemente esperó a que llegara su tren para luego subirse...

Tenía un mal presentimiento...Algo malo estaba a punto de pasar, podía sentirlo.
Por los nervios le vino un ataque de asma rápidamente buscó su inhalador en el bolsillo de su chaqueta, por suerte si lo traía...

Al llegar a su destino bajó del tren y rápidamente se dirigió al lugar que le había indicado Tanaka.
Estaba sudando...Tenía miedo ¿Porque ese hombre quería verlo?

Sabía que sí no iba algo pasaría.
Al llegar muchos hombres le apuntaban con un arma, se quedó quito, si daba otro paso no dudarían en dispararle...

—Bajen las armas.—Dijo una voz que reconoció al instante, era Tanaka, Tanaka Hiroshi.