Seven.

1.5K 91 155
                                    









WE COULD HAVE NEVER LOVED THE EARTH SO WELL IF WE HAD HAD NO CHILDHOOD IN IT,

IF IT WERE NOT THE EARTH WHERE THE SAME FLOWERS COME UP AGAIN EVERY SPRING THAT WE USED TO GATHER WITH OUR TINY FINGERS.

WHAT NOVELTY IS WORTH THAT SWEET MONOTONY WHERE EVERYTHING IS KNOWN AND LOVED BECAUSE IT IS KNOWN?





















Lo más interesante de la niñez es la intensidad con la que llegas a sentir las cosas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lo más interesante de la niñez es la intensidad con la que llegas a sentir las cosas. A amarlas. A odiarlas. A temerlas. A pelear por ellas, o en contra de ellas. Cada momento, cada sonido y cada palabra es menos importante que la anterior a medida que te vas acercando a ser un adulto.

Quizás es por esto que amamos tanto las cosas del ayer, las cosas de la niñez. Porque la nostalgia es lo único que nos puede recordar como se sentía que las cosas importaran tanto. Que llenarán tu corazón de manera completa o lo rompieran en cuestión de segundos. Porque amamos todo aquello que es conocido, dado a que trae una cierta seguridad y calidez que de vez en vez olvidamos.

Henry Fairfax era un niño que, al igual que muchos otros, estaba aterrorizado de que su infancia acabara. Entre la larga lista de personas que se sentían de la misma manera, se encontraba su adorada amiga, Josephine March. Ambos niños, se conocían desde mucho antes que pudieran siquiera saber lo que es ser civilizados o maduros y tendrían por siempre los mismos recuerdos de la infancia porque, gran parte de esta, la compartieron el uno con el otro.

El muchacho siempre pensó que la forma más grande y genuina en la que el amor se expresaba era la amistad. Estaba seguro de que entre dos amigos se hallaban muchos más sentimientos que entre cualquier otro par de personas. Lo supo desde el momento en el que Jo March le rogó de rodillas que fuera a vivir con ella porque no podía soportar más el saber que su padre lo atormentaba cada día en casa. O cada vez que la muchacha lo iba a cuidar cuando su salud se debilitaba. Incluso en los pequeños detalles, como cuando la castaña comenzaba a recitarle una extensa crítica sobre el último libro que leyó.

Puedo seguir nombrando cosas, pero el punto es que Henry estaba totalmente seguro de que nunca encontraría un amor tan grande en una relación. Ni siquiera si llegaba a casarse con una mujer que adorara con cada pedazo de su alma.

Ya conocía lo que era amar a alguien de manera intensa, lo experimentaba cada día en su estrecha amistad con Jo March. En la misma forma en la que la amaba desde que ambos tenían siete. Completa, pura e inocente.

Pero con la adultez, que ni uno de estos dos había llamado, vienen nuevos problemas. Decisiones, sueños, confusiones y deseos que en algunos casos, logran quebrar hasta las amistades más cercanas. Dejando como evidencia de los largos años de compañía sólo a los recuerdos y la nostalgia en lo más profundo de sus corazones.






















SEVEN, Little WomenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora