Anny
Anny aun no se acostumbraba a ver su cuarto iluminado con algo que no sea el foco de su escritorio, la primera vez que se despertó con el sol en su cara, se sintió en un mundo completamente distinto. Era exactamente el mismo cuarto, pero iluminados con luces distintas, parecía un lugar completamente diferente.
Pero aquella vez era completamente diferente, aquella era la mañana en la que rompería con la rutina que había tenido por cuatro largos años. Si bien ya había salido de su cuarto en esos tres meses, solo había salido para la sala de su casa, ahora tan irreconocible para ella.
Los dedos le temblaban al ponerse el uniforme, su mirada en el espejo era sutilmente diferente a como la recordaba, semanas antes se vio obligada a cortarse ella misma el pelo a como lo tenía antes de su encierro. Una sonrisa nostálgica se dibujó al recordarse en el espejo, viendo que aun le quedaba bien aquel corte hasta los hombros con las puntas hacia adentro. Pasó su mano por el lacio pelo negro, recordando como su madre le peinaba cuando era niña. Misma madre la cual la veía y no podía reconocer, tan alta, hecha una mujer desde su cuarto.
Anny se da cuenta de su presencia, y la mira con miedo en sus ojos, Dina lo comprende y le abraza, dándole las fuerzas para salir hasta la sala, en donde le esperaba Paul, su padre, quien llena sus ojos con lágrimas al recordar la pequeña que aun existía en sus ojos.
Anny mira a su alrededor, buscando algo y viéndose decepcionada al ver que no estaba.
—¿Thomas no vendrá? —pregunta con decepción. Sus padres bajan la cabeza mostrando su negativa.
—Está ocupado con la universidad, habría querido estar aquí también —le intenta consolar Dina, pero obviamente no logra hacer una mentira tan obvia.
Thomas, el hermano mayor por dos años de Anny, siempre la ignoró desde que supo que eran de madres distintas, alejándola todo lo que pudo. Eso, sumado al excesivo trabajo que tenía su padre como periodista, llevó a Anny a tomar la decisión que le cambiaría la vida irremediablemente.
Anny tenía resentimientos con su hermano, pero aun así esperaba verlo en aquel momento importante.
Cuando hubo desayunado y se acercaba la hora de salir por aquella puerta, el corazón de Anny por poco y sale de su pecho, apretaba el collar de su cuello, el cual por alguna razón le daba fuerzas. Un collar en forma de lúnula creciente, de plata y cadena que alternaba entre oro y plata; era el último buen recuerdo que podía tener de su vida anterior.
—Ayúdame...Owen —pide con los ojos cerrados mientras da el primer paso hacia el exterior.
Los ojos azules de Anny recibían con una combinación de miedo y emoción la luz que provenía del emergente sol. Por fin, después de años, Anny respiraba el aire de exterior.
Aunque fue difícil tomar las fuerzas para dar el primer paso, el resto resultaron mucho más fáciles. Teniendo cada deja vú en cada escalón, mientras se veía en sus recuerdos, corriendo escalera abajo hacia el estacionamiento fuera de su casa.
Si bien el colegio era distinto, la ruta era la misma hasta cierto punto, después de eso, era un mundo completamente nuevo para ella.
Hasta ese momento había recuperado todos los recuerdos de su feliz infancia, era hora de crear unos nuevos.
Respira hondo, se tranquiliza y gira por aquella esquina diferente, la cual le llevaría en línea recta hasta el portón de aquel colegio Nacional en el que estudiaba desde segundo año.
Todo el recorrido se había dejado llevar por sus recuerdos de cuando era niña y corría hasta el colegio, en su mente se había reunido el valor suficiente como para tomar aquella esquina diferente.
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El Lenguaje del Amor
Romance-Hoy dormiré temprano, estoy bien- fue lo último que escuchó de ella la noche anterior, sin embargo, en su tono de voz logró encontrar una voz ahogada que pedía ayuda. Ya era de mañana, Rafael se preocupó de no escuchar ningún solo ruido desde el ot...