Prólogo

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El sonido de la lluvia chocando contra el duro pavimento era lo único que se podía oír, no había gritos o llantos, solo lluvia, se encontraban dos cuerpos femeninos tirados en la acera y un tercero de un joven rubio al otro lado de la calle, ¿Cómo paso todo esto? Bueno contemos un poco de estos desconocidos.

El joven rubio es Fuutarou Uesugi, el hijo mayor de la familia Uesugi formada por Isanari Uesugi y Akane Uesugi, una joven pareja enamorada (al menos en apariencia) y una hija pequeña, Raiha Uesugi.

La vida diaria de la familia Uesugi es común, no destacaba en nada en particular, no eran ricos ni pobres (aunque estaban más cerca de estos ultimos), tenían un techo, comida y felicidad, entonces, ¿Cómo todo cambio?

El filosofo Aristóteles decía que la felicidad no reside en el dinero, la fama o el estatus, para él, la felicidad es un estado mental permanente que se adquiere al vivir de la mejor manera posible, vivir con virtud, que no es otra cosa que el justo medio entre el vicio y el defecto, virtud que Isanari lamentablemente no logró conseguir.

Isanari como todos los hombres es corruptible, el vino y el juego lo llevaron al vicio, de querer jugar por diversión a jugar por necesidad, por avaricia marcaron el camino del fin, las cosas cambiaron. Si antes todo era pacifico ahora había gritos e incluso golpes, la violencia llegó a la casa de la familia Uesugi.

Fuutarou lo vió todo ese día...

Un ebrio Isanari entró a su casa.

—Apestas a alcohol, sabes que no puedes venir a casa en ese estado.— Fue lo que Akane dijo apenas al verlo mientras cuidaba que Raiha no despertara.

—Cállate, es mi casa y puedo llegar como se me antoje.— Isanari respondió ante las palabras de Akane, no como un grito pero sí con un tono más elevado de lo normal.

Akane se acerco a Fuutarou y se puso en cuclillas para estar a su altura. —Por favor cielo, ve al cuarto con Raiha y no salgas hasta que te lo diga.— Fuutarou miró a su madre, podía jurar que el miedo era palpable a través del delgado cuerpo de su madre, temblaba, pero el valor que sus ojos color ámbar irradiaban era mucho mayor. Obedeciendo, corrió al cuarto con su hermanita y cerró la puerta, fue entonces que empezó el infierno en su hogar.

Akane sin reparo cacheteó a Isanari.—¡¡CUANDO NOS CASAMOS DIJISTE QUE ESTO NO PASARÍA!! ¡¡ACORDAMOS QUE NINGUNO DE LOS NIÑOS TE VERÍA EN ESE ESTADO!! ¡¡MENTIROSO!!—

Las palabras de Akane solo conseguían molestar a Isanari.

—¡¡SOLO FUE POR ÉSTA VEZ, MALDITA SEA!! ¡No es para tanto...!—

—¡¿Qué no es para tanto?! ¡¿QUÉ NO ES PARA TANTO?! ¡¡DATE CUENTA QUE TE HAS VUELTO UN MALDITO VICIOSO!! ¡¡ESTÁS GASTANDO EL DINERO PARA SOBREVIVIR EN TUS MALDITAS APUESTAS Y EN TU ESTÚPIDO ALCOHOL!!—

Las iris de Akane ya demostraban sus intenciones de querer llorar, pero no le daría ese gusto a Isanari, ella era una mujer obstinada y fuerte, quizá por eso Isanari quiso casarse con ella, quizá porque era lo que él nunca sería.

—¡¡SI SIGUES ASÍ, ME IRÉ LEJOS CON LOS NIÑOS Y NO VOLVERÁS A VERNOS NUNCA MÁS!!—

Amenazado con tan valerosa declaración y sin un argumento claro para responder, el único camino que le quedó a Isanari fue la fuerza bruta. Con el puño cerrado, golpeó el rostro de Akane mandándola al suelo. La cara de Akane reflejaba clara sorpresa, nunca imaginó que la persona que debía cuidarla la dañaria, el miedo se sembró en su corazón y ese golpe solo fue el primero de una larga lista.

—¡¡QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE TE ATREVAS A SIQUIERA AMENAZARME, PORQUE LA PRÓXIMA VEZ NO ME VOY A CONTENERME CON MIS GOLPES!!— Las duras palabras de Isanari, más su rostro completamente enfurecido, mostraban la verdadera naturaleza del blondo.

5 Fragmentos De Un EspejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora