Capítulo 2: Debes comer.

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Ya eran las 9 de la mañana y Jimin aún no se levantaba de la cama, ya estaba despierto, claro, pero estaba pensando en cómo sería su día. Algo común en él y que casi nadie sabe es que sobrepiensa todo, hasta la más mínima cosa que suceda.

Su madre había ido al trabajo horas antes, no si antes dejarle un plato con tostadas y leche para desayunar. Su madre se mataba trabajando en su oficina para que según ella "no le falte nada" a su Jiminie, sin siquiera pensar que lo único que el quiere es amor materno. Los padres de Jimin se habían separado unos meses atrás, debido al maltrato por parte de su padre hacia Jimin y su madre. Aún recordaba todo lo que ocurrió en esa noche que definió la vida de Jimin al día de hoy.

Su padre era un alcohólico, tomaba casi todos los días, Jimin se escondía bajo su cama las noches en las que sus padres peleaban, lloraba en silencio para no ser golpeado. "Eres un cobarde" eso se decía a si mismo.

–Debes levantarte de esta cama, haz algo con tu vida.– Se dijo a si mismo para luego de forma lenta levantarse y caminar hacia el baño, tomó una ducha y luego fue a la sala; no desayunaba, no quería.. volver a ser el de antes.

Cómo todos los días su madre no estaba en todo el día, escuchaba música, veía series en Netflix, hacía todo lo que el quisiese hacer; era feliz en esos momentos, al menos cuando no estaba en el colegio.

Jimin estaba tirado en el sofá dormido cuando llegó su madre. –Jiminie~ despierta, ve a tu habitación, si duermes aquí mañana te dolerá el cuerpo y no podrás levantarte para ir al colegio. El menor hizo caso y fue a su habitación a dormir, estaba cansado y mareado, no había comido nada.

Hana fue a la cocina y notó que la comida estaba intacta, suspiró y la tiró a la basura. Tomó un papel y se sentó en la mesa para escribirle algo a su niño "Jiminie, debes comer, por favor hazlo. Es importante y lo sabes, si comes algo no volverás a ser como eras antes, se que tienes miedo de eso, así que come." Dejó la hoja en la mesa y le preparó un desayuno para mañana, uno que no se echará a perder si se enfría, claro.

Llegó el día siguiente y sonó el sonido que Jimin odia, el despertador, lo apagó y fue al bañó, tomó un baño, se colocó el uniforme y raramente bajó a la cocina.

–Come Jimin, morirás si no lo haces.– Se sentó en la mesa y vio la nota de su madre. Tomó uno de los sandwiches y lo mordió, masticó sólo ese pedazo por como 5 minutos, no podía tragarlo, le era imposible.

Pasaron los minutos y vio la hora, debía ir al colegio.

Tomó su mochilla y fue caminando hasta el lugar, de camino se topó con un chico, era al que su madre casi arrolló el días atrás. No conocía a aquel chico que era evidentemente mas alto que el, unos 8 centímetros para ser exactos. Aquel chico había mudado recientemente a su vecindario, no sabía ni su nombre. –Hola, Park Jimin ¿Cierto?– El menor asintió. –Un gusto, soy Min Yoongi.– El mayor le paso la mano y Jimin la tomó en forma de saludo.

–Si no te molesta debo irme, debo llegar a clases.– Dijo Jimin algo apurado moviendo sus pies en dirección a su destino nuevamente.

–¡Oye!– Gritó Yoongi corriendo hacia el menor. –Vamos juntos, ¿si?– El menor asintió y así caminaron juntos, 10 minutos caminando mientras Yoongi hablaba de cualquier estupidez que se le ocurría. Una vez en el colegio cada uno fue a su clase.

–Ese chico es insoportable.– Pensó Jimin sentandose en su lugar junto a la ventana de la clase, el cielo estaba nublado y parecía que iba a llover.

Pasaron las horas y sonó la campana que indicaba la hora de descanso, Jimin esperó a que todos sus compañeros salgan para luego el ir a la biblioteca, pasaba todo el recreo en ese lugar, le encantaba leer; era su forma de distraerse en su soledad.

–Mierda, no lo alcanzo.– Se quejó Jimin ya que no lograba tomar un libro de uno de las estantes. Jimin odiaba ser pequeño y frágil, pero tampoco comería para cambiar eso, ¿Quién lo entiende?

–¿Te ayudo?– ¿Ese era? Sí, era Yoongi. El mayor se acercó y tomó el libro para luego dárselo a Jimin.

–Gracias.– Dijo Jimin dando una leve reverencia para luego irse hacia las mesas y poder leer tranquilo como siempre, pero ese día no era "como siempre" ya que Yoongi fue a sentarse con el.

–¿No comes nada?– Preguntó Yoongi curioso al notar que el menor no tenía nada de comer.

–N-no, no me gusta.– Dijo el menor.

–Mmm, pero debes hacerlo, de lo contrario podrías enfermar, tengo un primo que no comía y lamentablemente se enfermó de cáncer.– El mayor se acercó más a Jimin y le acercó un sandwich. –Ten.–

–En serio, no quiero, no tengo hambre.– Negó el menor para luego pararse. –Iré al baño y espero que ahora no me sigas.– Jimin salió corriendo hacia el baño y se encerró en unos cubículos, dejando a  Yoongi solo y sin palabras.

–Ese niño es extraño, y me gusta.–

Save me. (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora