Atracción inesperada de un verano

Capítulo 8: Aguacero

Thomas

Sábado por la mañana, al sonar la alarma mis ojos ya están abierto, una de las razones que mi reloj de despertar biológico está programado para activarse a las cinco de la mañana, la otra razón y a esta la llamo la cereza del pastel es que me doble el tobillo ya que ayer por la tarde decidí salir a caminar para despejar mi mente y como todo esta mojado debido a las fuertes lluvias no iba a trotar, pero como soy más salado que el mar, cuando estaba llagado a casa resbale y me doble el tobillo, nunca imagine que subir las escaleras sería un completo sufrimiento.

Esta dos semana ha sido un total fracaso, el universo no duro mucho a mi favor, hubo una confusión en el horario de Laurel y la cambiaron de sección, ahora quedo con el tal Anthony, envié mi curriculum a la tienda que me recomendó Laurel y en la entrevista me dijeron que me llamarían entre jueves y viernes de esa semana, sigo esperando.

Escucho caer la lluvia, con un poco de dolor me levanto y me dirijo a la ventana, abro un poco las cortinas, en efecto está cayendo un aguacero, veo caer una centella y el sonido retumba mi ventana, veo hacia abajo y una parte de mi esta mas despierta que periodista en las noticias matutinas de Good morning america.

Que mal chiste Thomas

Como el cielo se está cayendo, lo cual hace que el clima está fresco y yo ando aporreado, decido volver a la cama, este clima es ideal para estar con alguien acostados, pero como no está aquí, uso mi imaginación, mi mano entra en el bóxer, lo toma y cierro los ojos. Mis manos suben y bajan sin perder el ritmo, imágenes de Laurel se viene a la mente, tanto en persona como fotos de ella en instagram, aumento la velocidad para más intensidad, arqueo un poco la espalda y el momento final llega, mis ojos se abren viendo al techo y bajo para ver. Por suerte tengo toallas en la mesa al lado de mi cama, me limpio y me vuelvo a dormir.

Laurel

Un fuerte ruido de centella me hizo despertar, me gusta la lluvia pero desde pequeña le temo a los ruidos de los truenos y las centellas, eso me hace un efecto de amorodio hacia este fenómeno, estas dos semanas han sido un total desastre, se equivocaron con mi horario y me cambiaron de sección, en el trabajo he estado atareada, sobrevivo cada día y con Thomas solo he intercambiado unas que otras palabras.

Me gusta socializar pero con lo último que me pasó me costará hacer más amistades, solo me quedan mis amigos de la niñez, que ellos estuvieron conmigo en cuando estuve en el peor momento de mi vida aunque me aleje de ellos aun así estuvieron para mí, no sé en qué estaba pensando cuando ingería bebidas alcohólicas y sustancias alucinógenas, para ese momento disfrutaba de la vida sin importar las consecuencias, conocí gente que al final me hizo daño, tuve que estar al borde de mi vida para darme cuenta de todo el daño que hice a mi alrededor, mi mamá estaba pasando por medio de un divorcio y yo haciendo desastre conmigo misma, me perdonó pero no sé si yo misma podría perdonarme, le prometí que dejaría todo eso males, que aprendería de ellos para así ser una mejor persona, claro en proceso no sería de la noche a la mañana.

Comencé con mi proceso de rehabilitación fue duro pero lo logre, a mi mama le dieron el puesto que tanto quería solo que con el detalle que nos tendríamos que mudar, la verdad no lo pensé dos veces en hacerlo. Vi esta oportunidad, este nuevo camino para dejar mi pasado aunque siempre estaría presente pero no iba a permitir que me afectara.

Este trabajo lo tengo gracias a las segundas oportunidades, la dueña es una señora que a su juventud paso por lo mismo que a mí, desde ese entonces ella les ha dado trabajo a quienes han paso por problemas de alcohol y drogadicción, son las segundas oportunidades que te da la vida. Me dirijo a la ventana y veo la lluvia, las luces de los postes se ven opacas, espero que cuando me toque entrar al trabajo no este lloviendo.