Estonia #10 [ESPECIAL]

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IMAGEN FINAL DE ESTONIA:

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Todo en este dibujo es perfecto, el rostro de Estonia, su pelo, ropa, el fondo, colores, manos... Perfección en su máxima expresión 🎉🎉🎉🎉🎉 El mejor dibujo de Eesti hecho posible 🥰🥰🥰🥰🥰

Y he aquí el dato más importante de Estonia 👇👇👇

Él tuvo un hijo. Para la década de los años 30, Estonia se había convertido en padre de un niño tranquilo y lindo, pero débil, se enfermaba con frecuencia. Cuándo su bebé se sentía mal, le cantaba una canción de cuna a este, siendo el único medio que tenía para calmarlo, al momento que le faltaba algo, como comida o medicinas. Tristemente, con poco más de un año de edad, su retoño murió. Y esto significó el golpe de gracia al corazón de Eesti.

Pero la vida sigue...

132 palabras.

¡Disfruten la lectura!

𝄥𝄞────────── 𝄇

Estonia regresó a su estado de conciencia, y con un movimiento perezoso, retiró el Diario de Anna Frank de su cara. La débil luz de la mañana entraba por su ventana, y llegaba a los ojos del tricolor, quién ante esta señal, pasó a sentarse en su sofá con ambas piernas encima. Pierna y media, mejor dicho.

Frotó su cara con las manos, y puso su espalda en el respaldo del sofá. Holgazán, se inclinó para posar los codos en sus rodillas, y con las manos sostener su cabeza. Estaba cansado por el día anterior, muy provechoso en su trabajo. Nada más haber llegado a su casa, se había arrojado al sofá y se pasó el resto del día leyendo. Pero no era hora de descansar, sabe que día llegó. Suspiró sin actitud.

Él ya estaba vestido, así que no era necesario bañarse o hacer otra cosa.

También se le cerró el estómago. Se anulaba su apetito cuándo era ese día.

Tomando la prótesis de pierna que estaba en el suelo, la insertó en donde faltaba su extremidad. Ya estaba listo.

Salió del departamento, encontrándose con un ambiente invernal, donde el cielo era gris, como su estado de ánimo. No tuvo problemas el trayecto a su auto, su grueso abrigo y bufanda de lana lo protegían del frío.

Estonia entró en su auto blanco, y cerró la puerta tras de sí. Llevó las manos al volante, y se quedó mirando al vacío, otra vez. Suspiró, otra vez. Cuándo llegaba ese día, siempre era lo mismo. Se quedaba en blanco, tanto como su piel. Se le aconsejaba que parara, pero no lo podía evitar. Era una maldición.

Encendiendo el motor, Estonia partió montado en su Mazda. La nieve en la calle tenía las huellas de la gente y los vehículos que cruzaban por encima, tornándose negra, y el protagonista lo observaba como cada invierno. La misma monotonía de todos los años.

Headcanons y dibujos de CountryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora