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"𝓢𝓽𝓸𝓻𝔂 𝓸𝓯 𝓶𝔂 𝓵𝓲𝓯𝓮"
Crecer imaginando un futuro, puede que sea la pena más fortuita de todas. Avanzar, con el único propósito de encontrar un lugar en aquel tortuoso mundo, un hogar.
¿Pero a qué llamamos, hogar? Puede que tome vida en una hogareña casa, con infantes corriendo alrededor. Tal vez, un departamento lujoso, ubicado en las zonas más exclusivas y deseadas. Para Jay, su hogar se encontraba ahí. En un pequeño cuartito alquilado, engañando con su edad, para pagar el alquiler de estudiante.
El cuarto era estrecho, con lo necesario, para poder vivir un día más. Las paredes eran grisáceas, dando un aspecto neutro a la "casa", contando con un baño, del cuál no salía agua caliente.
De niño, Jongseong siempre soñó con alquilar un departamento, dónde hubieran cabido todos sus amigos; en vez de eso, tenía arañas como sus compañeras de cuarto. Deseó tener un auto deportivo, pero su poco presupuesto, era destinado para la nada barata, tarifa del metro.
Nunca imagino, terminar viviendo cerca a un baldío, dónde a menudo solían encontrar cuerpos. Nunca deseó, tener que buscar empleó, semanalmente. Y mucho menos pidió, que se lo castigará con una infección que su madre dejo.
La vida podía ser cruel, pero con Jay, parecía ya haber exagerado.
Como cada mañana, dejó que todo el líquido, mezclado con la comida del día anterior, bajara por el interior de su boca. El rancio olor, volvió a tomar presencia en el lavabo. Su cuerpo, había vuelto a tomar el control de sus actos.
Levantó su rostro, recién despierto; por sus normales náuseas matutinas. Observó su rostro en el espejo y como siempre, se volvió a cuestionar la misma tortuosa pregunta.
"¿Cómo llegué aquí?"
Ojeras de tamaños infernales, por sus incontables trasnochadas; causa del insoportable sudor por las noches. Sus labios severamente reventados, por las nada, disimuladas úlceras. Su piel bronceada, cubierta por leves sarpullidos, que él mismo había decidido dejar.
Era increíble, como su vida había caído tan bajo. Puesto que, su costumbre de de vivir todos los días, con aquella enfermedad, sin tratamiento alguno; también era su boleto a la perdición.
Al principio no negó que fue bastante doloroso, pero ahora con 21 años; 6 desde que dejó de tomar medicando. Podía decir, que eran dolores comunes y soportables. Hasta habían nuevos síntomas, que ya empezaba a controlar.
Para Jay, las señales de peligro como su cuerpo sumamente delgado y con una piel, más o menos amarilla; era cosa de todos los días.
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¿How to live? ↬ Jaywon
Fanfictionϟ Las dulces melodías de su voz, lograron abrir, sus melancólicos ojos. Tomo un vistazo a su alrededor, de como había maltratado su corta vida. Conciencia, arrepentimiento. Sentimientos, de los que comenzaba a aprender y que lamentablemente, tendría...