—¿Entonces que es la antimateria? —dijo el científico con aires de grandeza, dando una vuelta y volteando a ver a la audiencia de su auditorio —Cuando el big-bang sucedió, se presume que toda la materia o al menos la mayoría de la materia fue creada, pero descubrimientos semi recientes revelaron que también se creó la antimateria, la cual atómicamente tiene una estructura casi idéntica a los átomos normales, pero con cargas invertidas —Uno de los reporteros se levantó y preguntó sobre la relevancia del tema, el científico se detuvo y soltó una carcajada, subsecuentemente se retiró del podio. Era claro que todos estaban confundidos; todos menos una persona, ya que el científico sabía exactamente lo que estaba haciendo.
No pasaron más de cinco minutos para que el científico regresara con un cubo de color verde azulado, el cual luego procedió a poner en una pequeña mesa alejada del podio, pero aun visible en el escenario. —Continuando con mi explicación, los átomos de antimateria al ponerse en contacto con átomos de materia corriente, crearán una reacción que desaparecerá a los átomos corrientes sin dejar rastro alguno de que existieron. —El científico luego se agachó y tomó de adentro del podio del algo semejante a un arma de paintball, aunque claramente no era nada que se hubiera visto antes. —Compañeros, les presento el rayo de antimateria —Se escucharon susurros desde el público, la gente estaba fascinada ante tal aparato, pero no dejaban que su fascinación sobrepasara su sensación de temor.
El científico apuntó su aparato hacia el cubo verde que había puesto previamente. —Eso que ven allá es un cubo de cobre puro, ha estado un tiempo en el laboratorio así que se oxidó un poco, aunque eso es irrelevante —El científico luego disparó un rayo, en el publico algunos vieron el rayo como un destello negro, mientras que otros lo vieron como morado oscuro que se manifestó por unos pocos segundos en el aire, pero, todos vieron el mismo resultado; el bloque de cobre puro tenía un hoyo casi perfecto que lo atravesaba de un lado a otro. —Y esto es un rayo de antimateria de cobre. No es perfecto, pero como pueden ver ha borrado el cobre como si nunca hubiera existido —El público calló, ya no veían el aparato con fascinación, sino con terror absoluto, puesto que ellos entendían lo que aquel científico había creado.
Eventualmente la presentación acabó, y todos los presentes se retiraron con un sabor amargo en sus bocas, excepto el científico. En su mente pensamientos semejantes a “¡Fama y riqueza aquí voy!” eran todo lo que aparecía y con una sonrisa se retiró a su casa. —Hiciste un excelente trabajo hoy —Dijo el científico sacando su cañón de antimateria y besando el costado.
Pasaron unas cuantas horas antes de que el científico llegara al edificio departamental el cual llamaba hogar, peleó con su manija al intentar quitarle el seguro y finalmente entró a su departamento. El departamento era pequeño, la cocina y su habitación eran una, tenía un baño propio y una mesa la cual usaba de laboratorio. Al entrar, el científico dejó su cañón de antimateria junto al resto de su equipo de laboratorio, y justo después entro a su baño. Se paró frente a su espejo por varios minutos; contemplando su condición y observando sus ojeras era claro que no había dormido más de unas cuantas horas a la semana, pero él sabía que no podía dormir aún. Su creación no era perfecta y el necesitaba que lo fuera. Así que se puso a trabajar una vez más.
Pasaron varios meses, y el científico dedicaba todo su tiempo a su proyecto, a penas dormía, a penas comía, nunca dejo su hogar y ni una sola vez decidió revisar cualquier medio en el cual otros pudieran comunicarse con él. Pero le daba igual, porque gracias a eso había perfeccionado su creación. Fue entonces que decidió dormir —Con que así se siente descansar con el poder de un dios… Podría acostumbrarme —Dijo el científico cerrando sus ojos, en su rostro una expresión de paz, y en su cuerpo malnutrido, una sensación de calma. Desafortunadamente para él no pasó más de una hora antes de que su sueño fuese interrumpido. Alguien tocaba su puerta. Al principio decidió ignorar a quien fuese que interrumpía su bien merecido sueño, pero el ruido no se iba, la persona seguía ahí, y cada vez tocaba la puerta de manera más agresiva, dejándolo sin más remedio que ir a contestar la puerta. —¿Qué quiere? —dijo el científico con un tono agresivo y de mal humor —Lamento interrumpirlo, pero quisiera hacerle una oferta —Habló aquel hombre. El hombre se encontraba uniformado y tenía aires de seguridad que eran simplemente imposibles de no notar. El científico lo invitó a pasar y ambos hombres se sentaron en la pequeña cocina. El hombre después colocó un maletín que llevaba en la pequeña mesa y lo abrió. —¿Q-qué es esto? —Dijo el científico asombrado, nunca había visto tal cantidad de dinero en un solo lugar. —Esto, es mi propuesta, ********** quisiera comprar planos para su rayo de antimateria. —El científico no dudó, tomó el dinero y le entregó los planos a aquel hombre. Ambos sacudieron manos y el hombre tan repentinamente como llegó había desaparecido.
A lo largo de las semanas llegó más gente, una mujer joven de la compañía ***********, un anciano de la organización *******, un representante de ********. Todos querían lo mismo, y todos ofrecían lo mismo. El científico no dudó ni una vez al hacer los tratos y en poco tiempo se veía envuelto de lujos. Ya no era un pequeño departamento, sino una suite en una de las torres más altas de la ciudad ya no era una mesa usada de laboratorio, sino su propio laboratorio en casa, y como todo buen científico, usó el laboratorio para seguir investigando.
A pesar de ahora ser rico y tal vez famoso, su pasión seguía siendo la ciencia, su cuerpo seguía estando desnutrido ya que un proyecto nuevo se convirtió en otro y en otro más. El científico cayó en sus viejos hábitos de no comer, no dormir y no comunicarse con el mundo exterior.
—Un proyecto más finalizado —dijo el científico acostándose en su cama. Pero como aquella vez cuando se le propuso su primer trato, él fue levantado por un tremendo ruido. Al levantarse y mirar por la ventana vio las calles en fuego. El científico boquiabierto escucho alarmas y subió a la azotea. Una vez arriba, cayo de rodillas al ver el horizonte oscurecerse en un negro moradoso, y cerró sus ojos al entender su insignificancia.
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La pasión por la ciencia
Historia CortaUna historia corta de ciencia ficción que usa ciencia real para explorar un futuro irreal.