Capítulo 13

415 26 4
                                    

Narrado por Mónica:

Volver a Madrid se estaba convirtiendo en una odisea, mi nuevo trabajo, mi nuevo perro y nuevas personas.
Me sentía bien pero a veces todo se tornaba en un ambiente frío y lleno de dudas, de desaciertos e inquietudes.
Estaba en la sala de mi casa leyendo algunos artículos, no me sentía bien, últimamente no encuentro paz ni en mi propia casa.
Vi como mi esposa bajó a donde yo estaba y se acercó a mi con una sonrisa.
-Amor, hablé con Vanesa y ya le dije que estamos bien ah también le pedí una disculpa por Camarón.
-Y ¿Por qué le mientes?
-Amor...
-Me celas de tu amiga, me celas porque voy al trabajo, no quieres que haga nada, quieres que me la viva encerrada aquí.
-Y tu me ocultas cosas, me dices que sales en la madrugada a caminar SOLA y sales con Vanesa. ¿Qué carajos haces con ella si a penas se conocen?
-Te he dicho que fue por Camarón.
-Si yo saliera a esas horas con alguien que acabo de conocer ¿Te parecería correcto?
-Y ahí vamos de nuevo...
-No Mónica, no vamos de nuevo si tu me vuelves a ocultar algo no habrá un de nuevo.
Salió de la casa azotando la puerta.

No sabía si tenía razón o se equivocaba, pero algo era cierto si eso le incomodaba tendría que hacer algo para que ella no se sintiera así.
Sonó mi teléfono y para sorpresa mía era Vanesa Martín.
Vanesa, Camarón está bien, puedes seguir con tu vida.
Le dije, porque seguro solo hablaba para saber de Camarón como habíamos quedado.
-Y ¿tu? ¿Cómo te sientes? Dime, yo te ayudo, me voy para Madrid ahora mismo.
Me asombre con eso que dijo, ¿Por qué diría eso?
-¿De qué hablas? ¿No estás en Madrid?
-Mónica dime que tienes, dime en que te puedo ayudar.
-Vanesa si que estás loquita, no me pasa nada, estoy bien.
-Si muy bien, con tu esposa.
-Sí, como cualquier pareja que se ama y se adora. Le contesté asumiendo que mi matrimonio era mi prioridad ante cualquier cosa.
-Felicidades por su reconciliación, si estás bien entonces de dejo.
-Ay Vanesa...
-Ay ¿Qué?
Solté un suspiro sentía que debería decirle que no quería saber más de ella porque le causaba inseguridades a mi esposa.
-Mónica...
-Nada, Camarón está bien, chao.
Y le colgué.
No lo voy a negar, si Tatiana se sentía así era mi culpa, no puedo decir que no siento una gran conexión con Vanesa como si la conociera de toda la vida. Vanesa provocaba en mi emociones que no conocía, cada maldito segundo, minuto que pasaba con ella lo hacía diferente y quiero conocerla más, quiero hacer mil gazpachos con ella, quiero adoptar a todos los perretes del mundo con ella, quiero decirle lo fastidiosa y tierna que es, quiero recorrer todo Madrid con ella en la madrugada, quiero abrazarla y decirle que todo estará bien, quiero reconfortarla cuando se sienta mal, quiero entrelazar mis manos con las suyas, sentir su piel  y vivir ella, sudarme de ella, quiero, quiero... pero no debo, no es mía y nunca lo será.
Comenzaron a caer lágrimas por mis ojos y a sentirme vacía.

No me voy a permitir faltarle a Tatiana, no lo merece, no puedo romperle, tampoco quiero hacerlo porque si algo es verdad es que a Tatiana la quiero y la voy a querer siempre.
Me di un baño, prepare comida italiana que era la favorita de Tatiana, arreglé la mesa con pétalos de rosas y prendí unas velas, me puse un vestido que Tatiana me regalo y rocíe un poco de mi perfume.
Escuché el auto de Tatiana y me senté en la mesa con una sonrisa, entró, vio todo lo que había hecho para la cena.
-Amor, perdón, perdón por todo, no soy la esposa perfecta, tampoco quiero serlo, solo quiero ser tuya y quererte siempre.
Tatiana se fue hacia mi y me abrazo como si fuera el último abrazo que nos fuéramos a dar.
-Te amo.
Me dijo para después darme un beso y bajar a mi cuello dejando pequeñas mordidas.

De tus ojos ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora