-¿Qué estás haciendo?- escuché la voz de un niño detrás de mí, tomé mis cosas rápidamente y las guarde en mi pequeña bolsa antes de ponerme de pie.-Nada- contesté mientras me ponía de pie y caminaba en dirección contraria en dirección a mí casa.
-¡Oye, espera!- escuché sus pasos apresurados tratando de alcanzarme- No voy a hacerte daño...
-¿Qué quieres?- contesté de manera hostil y él frunció el ceño.
-Solo quiero ser tu amigo- dijo mientras me extendía la mano- Siempre te veo aquí o en la escuela cuando estoy con mis amigos.
Miré hacia nuestro alrededor y no pude ver a nadie.
-Ellos no se encuentran ahora- dijo riendo y yo me alejé dos pasos.- ¿Por qué casi nunca sales a jugar?
-No me gusta la gente.
Él se rascó la cabeza algo confundido y asintió.
-¿Entonces no podemos ser amigos?- preguntó.
Necesitas hacer amigos y ser amable.
Las palabras de mi psicólogo se repetían en mi cabeza.
Él seguía parado mirándome fijamente hasta que asentí lentamente con la cabeza.
-¡Genial! Me llamo Marco- dijo sonriente, abrí la boca para presentarme pero me interrumpió- No necesitas decirme tu nombre, ya lo sé- dijo y yo solo asentí.- ¿Quieres venir a mi casa a jugar?- dijo mientras señalaba su jardín- ¿Qué llevas ahí?- preguntó con curiosidad señalando la bolsa y yo apreté los puños con fuerza.
-Si te lo muestro saldrás corriendo asustado- dije y el rió.
-No me asusto tan fácil, vamos, muéstramelo- insistió y yo lo miré con algo de sospecha.
Me agaché lentamente y deposite la mochila en el césped con cuidado, él se agacho frente a mí y con mis pequeñas manos saqué la pequeña caja que se encontraba dentro de la mochila.
Puse la caja en medio de los dos y él la miró con curiosidad, abrí la caja lentamente y pude ver que su cara reflejaba horror y rápidamente pasó a una de miedo.
Tomé a la pequeña paloma muerta mientras trataba de no mancharme tanto las manos con la sangre.
Su respiración se agitó y por un momento y creí que saldría corriendo pero en lugar de eso tomó mi mano y luego acarició a la pequeña ave ya muerta.
-¿Cómo lo haces?- me preguntó- Atraparlas me refiero.
Señalé la parte trasera y tomé la caja mientras me levantaba y caminaba hacia la parte trasera de mi casa, pude escuchar sus pasos siguiéndome, señalé un árbol.
Subí con ayuda de una escalera hasta que pude alcanzar una rama y comenzar a subir a través de ellas. Saqué un pedazo de pan de mi bolsillo y lo despedace en trozos pequeños, coloqué uno cerca de la paloma, cuando esta comió el primer trozo coloqué más haciendo un camino hacia mí.
Observé cómo se acercaba cada vez más y pude ver que Marco me miraba atento. Cuando estuvo lo suficiente cerca la tomé del cuello y le golpee la cabeza contra el tronco del árbol.
Cuando me aseguré de haberla matado bajé del árbol y se la extendí a Marco quien me miraba asombrado.
La tomó con cuidado y me pidió mostrarle lo que hacía con ellas exactamente. Tomé un pequeño cuchillo de mi mochila el cual había robado de la cocina de mi casa.
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𝑇𝑢 𝑆𝑎𝑛𝑔𝑟𝑒 𝐸𝑛 𝑀𝑖 𝑃𝑖𝑒𝑙 𝒀𝒐𝒖𝒓 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅 𝑶𝒏 𝑴𝒚 𝑺𝒌𝒊𝒏
Teen Fiction¿Cuántas pelirojas has visto en tu vida? Eso se preguntaba Sara todos los días al ver a Alessandra. Ocultando su interés por ella por ella. Interés. Eso era lo que sentía Sara por Alessandra o al menos, eso suponía. Con una cara angelical y una li...