Estaba en mi habitación, pensando cómo demonios salir de ahí. Tendría que inventar la mejor excusa para mi familia para que no investigaran el motivo de mi salida, aunque tal vez no le tomaran importancia. Me paré encima de la cama para poder observar el clima afuera.
Había una tormenta muy fuerte afuera, el viento estaba tan fuerte que parecía querer llevarse a los árboles. Estaba tan oscuro que apenas podía verse nada. Me bajé de la cama y me asomé por la pequeña ventanilla de la puerta, en los pasillos no había nadie, todo estaba iluminado y tranquilo.
Suspiré con resignación y me recosté sobre la cama, unos minutos después un trueno muy fuerte se escuchó y un ruido extraño como si algo se hubiese roto, las luces se apagaron y el hospital quedó en completa oscuridad.
Y unos segundos después el suelo comenzó a moverse.
Estaba temblando, carajo.
La cama comenzó a saltar de arriba a abajo y escuché que el seguro de la puerta de mi habitación se desactivaba. Los gritos no tardaron en aparecer, salí rápido de mi habitación y pude ver que varias enfermeras trataban de tranquilizar a los demás pacientes, otros pacientes estaban corriendo y algunos ni siquiera se dignaron en salir de su habitación.
Corrí escaleras abajo, empujando a pacientes para hacerme paso entre las personas y luego recordé.
Jean.
No tendría tiempo de ir por ella, su habitación estaba bastante retirada de la mía y si me arriesgaba a ir por ella podría toparme con alguna enfermera.
Se las arreglara ella sola.
Terminé de bajar las escaleras y todo estaba hecho un lío, miles de pacientes peleaban por salir por la puerta principal, segundos después una ventana se rompió y miré hacia la parte trasera del hospital y la puerta también estaba llena de pacientes tratando de salir.
Recordé la puerta de salida de la cocina que daba hacia los basureros, corrí hacia allá y afortunadamente no había nadie ahí, para mi suerte la puerta tampoco tenía activado el seguro. Abrí la puerta y miré hacia atrás, no sabía que iba a hacer saliendo de allí.
Sin pensarlo mucho salí mientras cerraba la puerta, todo estaba completamente oscuro, la lluvia me empapo la ropa que traía puesta pero no me importó y corrí.
Y por fin pude largarme de aquel lugar.
Alessandra.
Abrí los ojos al escuchar ruidos en mi habitación, moví la mano buscando a Sara pero no sentí nada. Miré hacia el otro lado de la cama y comprobé que no estaba, me levanté rápidamente buscándola, sin embargo; no la veía por ningún lado.
Segundos después abrió la puerta del baño, estaba parada cepillándose los dientes con su dedo.
-Creí que te habías ido- dije y ella escupió en el lavamanos.
-Tomé un poco de tu pasta de dientes, espero no te moleste- negué con la cabeza y entré a lavarme los dientes también, ella salió, tomó su chaqueta y comenzó a ponérsela.
-¿Ya te vas?- pregunté cuando terminé de lavarme los dientes.
-Sí, no le avisé a mi mamá que no regresaría, debe estar subiéndose por las paredes- dijo.
-¿Por qué no desayunas algo rápido?- insistí, no quería que se fuera- Llama a tu mamá.
Ella lo pensó un poco pero al final asintió, yo sonreí emocionada y salí de la habitación dándole un poco de privacidad.
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𝑇𝑢 𝑆𝑎𝑛𝑔𝑟𝑒 𝐸𝑛 𝑀𝑖 𝑃𝑖𝑒𝑙 𝒀𝒐𝒖𝒓 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅 𝑶𝒏 𝑴𝒚 𝑺𝒌𝒊𝒏
Roman pour Adolescents¿Cuántas pelirojas has visto en tu vida? Eso se preguntaba Sara todos los días al ver a Alessandra. Ocultando su interés por ella por ella. Interés. Eso era lo que sentía Sara por Alessandra o al menos, eso suponía. Con una cara angelical y una li...