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La cafetería Sweet Cookie es conocida en todo su sector por sus deliciosos dulces de fresa, galletas de chocolate y pastelillos sorpresa.

El lugar era tiernamente decorado con osos de peluche gigantes en cada mesa, como un acompañante suavecito que podía causarte ternura (o incomodidad, «tal es el caso de Sebin»), colores pastel y algunos toques fosforescente en las paredes, dibujitos de los niños que pasaban a comer junto a sus padres y sobre todo una caja llena de bombones y paletitas con diferentes frases de agradecimiento.

¡Un lugar de en sueño sin duda!

¿Y que mejor que eso?

-¡Mesero!

El dulce y amigable chico que trabaja en este establecimiento.

Taedong llamó con alegría al chico que anteriormente había tomado su orden. Este le regalaba una dulce y amigable sonrisa, no quería sonar descortés y mucho menos deseaba incomodar al joven que amablemente había estado aguantado el escándalo que sus amigos venían haciendo desde hace un rato atrás.

-¿Podría traer unos 3 pastelillos sorpresa?

Tae pregunto. Dos de sus amigos negaban con burla y los otros 3 trataban de apartar la mirada.

Junghoon lo pensó un poco. Su mirada ensombrecio un poco y sus mejillas se tornaron de un color rojizo. Revisó el aparatito que tenía en la muñeca y al asegurarse que todos los pastelitos se habían acabado, miro en busca de ayuda a uno de sus compañeros que limpiaba la mesa de al lado. Minho solo encogió los hombros y lo miro con pena. ¿Qué otra cosa podían hacer? Además, solo faltaban 10 minutos para cerrar y ambos deseaban que los 6 chicos de aquella mesa se fueran de una vez.

-Lo lamentó mucho - inclinó un poco su torso haciendo una reverencia- Se han acabado los pastelillos.

-Ok- Su mirada se dirigió al grupito de 3 que se mantenía con la mirada fija en la mesa o en el suelo- ¿Chicos no tiene nada que decir?

Silencio. Yechan abría la boca y la cerraba al instante. Gyeom solo ignoraba la situación, como si no hubiera escuchado la pregunta. Y Sebin solo negaba con rapidez.

Junghoon miro fijo a donde el otro grupo de tres.

-Buen servicio, me gustaron mucho las galletas- felicito Kevin.

Junghoon sonrió ante el dulce halago.

-Meh- contesto con simpleza Jehyun.

Junghoon aún mantenía una sonrisa, solo que su entrecejo se arrugo un poco.

-Como siempre un muy buen servicio.- Tae alzó su dedo pulgar a la altura de su mandíbula- Perdona a estos cuatro, son unos simios sin educación- dijo mientras miraba con desprecio al cuarteto.

Tae se levantó de su asiento seguido de Kevin. Ambos fueron directo a la caja en dónde Minho cobro todo lo que el grupo había consumido.

Jehyun solo reía internamente ante la vergüenza por la cual hicieron pasar al pobre de su amigo.

-Recapitulemos trio de cobardes- con sorna replicó Jehyun- hicieron que TaeTae llamara al chico para así poder hablarle - Jehyun empezó a carcajear mientras golpeaba un poco la mesa- pero cuando estuvo enfrente, ni siquiera pudieron decir gracias. ¡Pobre Tae! Esa fue la octava vez que hizo eso en estas 2 horas.

Jehyun no mentia ni se equivocaba. Eran unos cobardes.

Desde la apertura del local, Yechan, Gyeom y Sebin han tratado innumerables veces llamar la atención de aquel muchacho. Pero ninguno a tenido suerte... O valor.

Just Look At HimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora