Habit

10 1 0
                                    

Mark me acompañaba a la cafeteria mientras llevaba la pelota de baloncesto. Iba todo sudado y mientras íbamos caminando todo el mundo se le acercaba a felicitarle por el partido.
-Tío, no entiendo. Estabas a tope con el baloncesto y lo dejas sin más. ¡Eras el mas bueno del instituto! ¡Incluso podrías haber conseguido una beca para la universidad que queda poco!
Odiaba eso. Odiaba que el pensara que solo podría obtener una beca por mi desempeño en los deportes. Si lo admito jugaba bien, pero yo sabia que podía con el esfuerzo de estudiar, como lo conseguían los demás estudiantes.
Yo era capaz de muchas cosas si me lo proponía, pero me faltaba la fuerza.
Continuó hablando al darse cuenta de yo guardaba silencio. -Sabes, como me enteré de que sea por el estupido de Jeno.- continuo amenazando, a lo que yo no dude ni un momento  contestar al escucharle pronunciar aquel nombre.
-Deja a Jeno en paz, Mark.- Me suavicé un poco. Encojo los puños y continué: -Sabes que el no tiene nada que ver, soy yo quien decidió dejar de jugar y centrarme en otras cosas mas importantes.- me excusé.
El dejo sus dientes relucir y con amargura y un toque de sarcasmo resonó una pequeña carcajada.- Aja, que cosas mas importantes, Na Jaemin? Si solo sabes quedar con chicas y tomar alcohol. No te culpo, pero no digas que eso es importante, porque ambos sabemos el motivo por el cual lo haces.-
Sin pensármelo dos veces hui de ese lugar, y empezó a salir otra vez, lágrimas.
Tenía el hábito de llorar, pero nunca deje salir una en clase.
Me dolió mark, eras el único que sabías una pequeña parte del dolor, y te limitaste a dejarla relucir en medio de todo el caos.
La mañana dejaba.
Decidí salir un rato después de clase e irme para casa. No tenía a nadie ni donde ir, así que emprendí camino hacia un parque solitario   que adornaba un pequeño campo. Me senté en el columpio y meciéndome la brisa sacudía mi melena, cerré los ojos y pensé en aquellas tarde donde Jeno y yo íbamos al río Han.
Mire mi muñeca, y todas las rayas que adornaban mi piel. Estaba roja, y con ellas unas marcas que reflejaban toda la rabia que me penetraba hasta dentro del alma.
Divise una mariposa apoyarse a un arbusto cerca del columpio. Era bonita y brillante, pero tenía las alas dañadas. Eso hizo que le costara moverse, pero no le impidió volar.
Me satisfacía hacerme daño por un momento de impulso, pero luego que lo miraba me situaban realmente en que situación me encontraba.
Lleno de curiosidad me acerque a pequeños pasos para no asustar aquella criatura y le saque una foto.
Era de color azul brillante y según estuve investigando en la biblioteca, era de  una especie llamada MORPHO.
Empezó a hacer frío, así que inconscientemente me levante y mis pies iban al ritmo de donde se encontraba mi hogar.
Estaba todo oscuro en el callejón, pero vi una silueta que rápidamente se dejó caer en el suelo. Me acerqué con preocupación al escuchar un pequeño quejido proveniente de una voz femenina.
-Estás bien?- Pregunte mientras daba pequeños pasos con incertidumbre.
-Si, tranquilo, solo es algo de sangre.- Respondió negando con un mano, mientras la otra estaba quieta al suelo apoyando su pecho. Tenía las rodillas ensangrentadas y moradas, se notaba que tenía tiempo andando o estaba perdida. Intentó calmarme quitándole importancia al asunto, pero se notaba que no se encontraba bien.
-¿Eres de aquí?- Tenia cierta sospecha de que era nueva.
-No,vengo de Canadá. Estaba en una fiesta con un amigo, y me enfadé y vine andando hasta aquí sin saber por donde iba.
-El suelo está frío, levántate- Le extendí la mano dejando al descubierto "el castigo" que me hacia a mi mismo, y donde se plasmaba toda la ira y soledad que acumulaba. Un corte en la piel indicaba toda la lucha y se plasmaban mis hábitos cuando la luna se dejaba ver. Al ver aquello me tapé el brazo con la manga de mi sudadera, y escondí la otra cara de mi, no dejaría que nadie la viera, ni siquiera en oscuridad.

A angel cries. Jaemin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora