Capítulo único.

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Después de cumplir su horario en la universidad, Jaemin llego arrastrando los pies a su departamento, no presto atención a su alrededor, al final, todo siempre era lo mismo, sus vecinos tenían rutinas tan marcadas igual que él; difícilmente se veía algo nuevo.

Dejo su mochila en el sofá de su pequeña sala y se dirigió a su habitación, dormiría las pocas horas que tenía disponibles.

Antes de perderse entre los brazos de Morfeo reviso que la alarma se encontrara activada para no llegar tarde a su trabajo.

Fungía como host en el restaurante 'La La Love'; gracias a que aún estudiaba solo trabajaba tres días, viernes, sábado y domingo. El trabajo era fácil, solo debía sonreír, encantar al cliente, indicarle cuál era su lugar de la manera más educada y listo. Su jefa una vez comento que él era como un imán mayormente para las hijas de papi, pues su atractivo deslumbraba hasta al hombre más heterosexual, entonces eso derivaba en más clientes y mayor paga.

Cualquier persona que no le conociera del todo, diría que Jaemin tiene una vida perfecta y color de rosa. Y si, puede que no le vaya mal, simplemente que todo alrededor de él en algún punto se volvía tan rutinario y monótono; eso le deprimía, llego a pensar seriamente en adoptar un perro o gato, después lo pensó mejor, su vida se basaba en universidad y trabajo así que no, las mascotas quedaban descartadas.

Existía un pasatiempo que le apasionaba, la fotografía; ese era su escape y placer. Fotografiar cualquier lugar, cosa o persona; le gustaba captar en una foto lo que veía por la lente de la cámara, simplemente algo mágico.

Algo mágico que se apagó con el pasar del tiempo. Un día simplemente guardo su cámara y cerro con llave el cuarto oscuro donde revelaba todas esas fotografías y tiro la llave al olvido.

La alarma sonó, fastidiado tomo el teléfono para desactivarla. Su cuerpo le reclamo el poco descanso; lo ignoro, se levantó de la cama yendo directamente a darse un buen baño. Al salir, con la mayor de las perezas tomo su uniforme, pantalón de vestir negro, camisa manga larga blanca, chaleco negro, corbata de moño negro y para finalizar zapatos bien lustrados.

Peino su cabello, se puso un poco de loción y listo. Llamo a un taxi, tomo su teléfono, billetera y llaves.

Salió de su departamento, decidió bajar por las escaleras; en su camino hacia abajo vio a un chico desconocido de cabello rosa subir con un par de cajas.

"¿Nuevo vecino?" se preguntó. Si no fuera porque su tiempo lo tenía contado, se hubiera dado la libertad de chismosear para saber quién era el chico.

Su taxi lo esperaba, subió y en lo que arrancaba el chofer, vio una camioneta color rojo. Otro chico sacaba un par de cajas de la cajuela.

Suspiro, ya tendría tiempo para saber quiénes eran los nuevos vecinos.


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–Na, hoy vendrá el sobrino del dueño, trata de no entretenerte mucho con él.

Johnny Suh, era, según las palabras de muchos, el hombre ideal, perfecto, educado, culto, imponente, atractivo, etcétera, etcétera. Jaemin no difería de todo eso, Suh, desde que lo conoció le agrado pues no hacia diferencias con nadie, tanto al cliente como a los empleados los trataba con el mismo respeto.

Le tenía cierto grado de admiración.

Muchas veces logro obtener dinero extra al ser el host en fiestas privadas de Suh; así es como se volvió un poco más cercano a él, no eran los mejores amigos, pero siempre que podían tenían charlas extensas.

jaemin's photo collection ➻ jaenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora