CAPÍTULO 1: LA REUNIÓN

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El ruido ahogado de motor de un auto se oyó afuera. Al correr las cortinas, había un coche frenado en la vereda de enfrente. De allí bajó ella, la querida Sol. Vaya que había pasado tiempo, su apariencia era muy diferente a como la recordaban sus colegas, aun así, nadie mencionó nada al respecto; era mejor en celebrar que haya podido llegar.

-¡Hola chicos, los extrañé -dijo abriendo sus brazos para abrazarlos, pero nadie la abrazó.

-Ya estamos grandes para hacer el "abazo" de los teletubies -mencionó Abraxas sin quitar la vista de su libro.

En ese momento, llegó Maggie y Barbie riéndose, seguramente de cosas pervertidas, y empujaron a Sol a un costado.

-¡Permiso! Si te pones en la puerta nadie va a poder pasar -exclamó Maggie castañeando los dientes.

Poco a poco, todos Maruchanes iban llegando a la reunión pactada en la casa de Miche cerca del Paraguay. La última en llegar fue Vanech, debido a que su celular se había roto y vio la invitación tarde desde su computadora como solía hacerlo habitualmente.

Las horas pasaron volando entre anécdotas graciosas del viejo grupo y de la empresa que formaron; la misma que cayó en bancarrota después que Wattpad y Noveltoon robaran sus historias.

Al caer la noche, Nadia la líder de la vieja escuela de escritura, después de tentarse, tomó la palabra:

-Mis queridos Maruchanes, gracias a todos por venir. Si no fuera por ustedes La Condena del Silencio y La Obra perfecta no hubieran llegado al cine. Les agradezco por haberme dado ánimo y, sobretodo, haberme ayudado a quemar las editoriales que me rechazaron.

-El placer fue nuestro querida Jefa -exclamó Sol poniéndose de pie arriba de una silla-. Pero todavía hay muchos más proyectos para el futu...

De pronto, un fuerte dolor de coxis, la atacó interrumpiendo sus palabras.

-Ya te pareces a tu abuelo, amiga -bromeó Virginia acompañándola a sentarse sobre el sofá-. Estarás bien, no es nada que un Ibuprofeno no pueda solucionar.

-Perdón por la pregunta, pero ya son casi las diez de la noche y tengo mucho alcohol encima -dijo Gabi tambaleándose- ¿A qué hora vamos a comer?

-Pedí unas pizzas, ya deben estar en camino -interrumpió Miche con el teléfono en la mano.

De pronto, un fuerte relámpago iluminaron las ventanas y retumbaron todas las paredes de la casa.

-¡Ayura Guaido! -Exclamó Lizzy asustada.

A lo que todos comenzaron a reír a carcajadas. Sin embargo, la cara de Melania estaba seria, tenía un presentimiento extraño e inquietante y no dejaba de mirar por la ventana.

-Es raro. En la tele dijeron que no iba a llover hoy -mencionó Melania sentándose de nuevo a la mesa. Luego de mirarlos a todos y cada uno, se quedó en silencio algo pensativa-. Oigan, no sé ustedes, pero siento que falta alguien aquí.

Allí mismo se escuchó un leve "toc toc" sobre la puerta de madera.

-Espero que sean los stripper que pedí -respondió Maggie peinándose el cabello.

Al abrir la puerta, no había nadie, solo una suave llovizna que anunciaba una vil tormenta. Maggi cerró la puerta y antes de dar dos pasos volvieron a golpear la puerta, pero esta vez con más fuerza. El miedo los invadió a todos, nadie se animaba a abrir la puerta de nuevo, ni siquiera mirar por el ojo de la cerradura. Sus risas eran cada vez más forzadas.

Nuevamente, la puerta fue golpeada por tercera vez como si fueran patadas de caballo. Todos se quedaron en silencio, las risas callaron de inmediato. ¿Quién estaba del otro lado?

THE BAND OF MARUCHAN (La última juntada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora