Naruto en All of Us Are Dead

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CAPÍTULO 1: El Comienzo

Hola gente, ¿cómo están? Esta es la segunda parte de la historia. Espero que les guste. Voy a subir dos capítulos seguidos, ya que un capítulo de "Estamos Muertos" es casi una hora. Por lo tanto, los episodios serán por partes. Espero que les guste y pido disculpas por si escribo mal.

DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: NO SOY DUEÑO DE NARUTO NI DE LA SERIE DE NETFLIX "ESTAMOS MUERTOS". TODO EL CRÉDITO A SUS RESPECTIVOS CREADORES. Si no te gusta el lenguaje fuerte, te sugiero que salgas. Si decides quedarte, es tu decisión.

La lluvia caía con furia sobre la ciudad, empapando la azotea donde cinco sombras se recortaban contra el cielo nocturno. El sonido del agua golpeando el concreto se mezclaba con el rugido distante de los truenos, una sinfonía perfecta para la violencia que estaba a punto de desatarse. Allí, en el centro de la atención maligna de la pandilla, un chico temblaba. Su nombre era Lee Jin , el hijo de un profesor que había cometido el error de ser débil en un mundo despiadado.

Son Myeong Hwan, el líder de 33 años, se apartó la capucha mojada de la cabeza, dejando al descubierto una sonrisa que no tenía ni una pizca de humor. Miró la mano extendida de Jin Soo, una extremidad delgada y marcada por cicatrices profundas. Se agachó lentamente, como un depredador disfrutando de su presa.

-La mano -murmuró con un tono tan suave que era más escalofriante que un grito.

Jin Soo obedeció temblando, estirando su brazo. El matón le subió la manga, dejando expuestas las heridas autoinfligidas. La Iluvia lavaba la sangre seca, creando riachuelos rojos que se deslizaban por su piel pálida.

-¿Oí que intentaste suicidarte? -preguntó Myeong Hwan con una sonrisa torcida-.

¿Qué me escribiste en tu nota de suicidio?

-Lo... lo siento -jadeó Jin Soo, su voz un susurro de miedo.

La expresión de Myeong Hwan cambió en un instante. Su mano se cerró alrededor del cabello empapado de Jin Soo, tirando con fuerza mientras su rostro se torcía de rabia.

-¡Hijo de puta infeliz! -gruñó-. Si te trasladas, ¿cómo quedaré yo? ¡¿Te he pegado alguna vez?! ¡¿Alguna vez?! -El veneno en su voz podría haber corroído acero.

-N... no, nunca... La voz de Jin Soo temblaba como una hoja en medio de una tormenta.

Myeong Hwan lo soltó de golpe, dejando que el chico cayera sobre sus rodillas. Dio un paso atrás y extendió la mano hacia Yoon Gwi Nam, de 23 años, quien le pasó el paraguas con una sonrisa de depredador.

-Dale-ordenó con desdén.

Gwi Nam se acercó al indefenso Jin Soo.

Una sonrisa perversa iluminaba su rostro.

-Oye... -susurró, antes de soltar una

cachetada que resonó como un disparo en la noche. Oye... -repitió, otra bofetada, más fuerte esta vez. ¿Sabes qué eres? Se inclinó más cerca, sus labios casi tocando la oreja de Jin Soo-. Un completo idiota. -El puño voló, estrellándose contra la cara del muchacho, quien se desplomó como una muñeca rota

El aire se llenó de patadas, golpes, y gritos sofocados. Jin Soo intentó protegerse, pero era como intentar detener una marea furiosa con las manos desnudas. Cada golpe lo hundía más en la desesperación, cada insulto era un clavo que perforaba su alma.

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