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Todo empezó esa noche, hace 10 años.
Era el día en el que recibiría su don, y Mirabel estaba estresada, nerviosa y en simples palabras, tenía miedo.
Desde que ella tenía conciencia se había preparado para este día. Para por fin tener algo especial como el resto de su familia y poder enorgullecerlos, y había estado aún más emocionada desde la ceremonia de su primo que había sucedido unos meses atrás, pero... a último momento, su mente se llenó de incertidumbre. ¿Y si algo salía mal? ¿Y si su don no era igual de genial que el de los demás?
La presión era demasiada. Por lo que ella se había escondido debajo de su cama en la enfermería, y con su ceremonia empezando dentro de poco toda la familia se encontraba buscándola. Sus padres, tíos y demás primos y hermanas haciendo lo posible por encontrarla a tiempo. Todos fallando miserablemente en encontrarla.
Sin embargo, había un familiar suyo en particular que sabía perfectamente donde ella se encontraba. Pues no había sido mucho desde que él y ella habían compartido dicha habitación.
La joven Mirabel pudo ver desde su perspectiva como la puerta de la enfermería se abría lentamente, pudiendo únicamente ver 2 pequeños pies postrándose desde el marco de la misma.
Esta persona cerró la puerta para luego acercarse a la cama en donde ella estaba. El joven de pelo enrulado, Camilo Madrigal, se acomodó al lado de su prima. Este traía un plato lleno de comida variada preparada por su tía Julieta.
"Sabes que todos te están buscando no?" dijo Camilo, poniendo el plato en el suelo.
Camilo habia sido conocido en su corto tiempo en este plano por ser alguien bastante travieso y que no dudaba en gastarle bromas a la gente que lo rodeaba para su propio deleite o por el de su prima, algo que no era muy aceptado por sus padres, y mucho menos cuando el don que habia recibido era el ser un cambiaformas.
Pero Alma Madrigal, su abuela, habia visto mas alla y pudo rapidamente dar la vuelta a la situacion aprovechando los buenos y no muy buenos ambitos bromistas de Camilo al ponerlo básicamente como un compas moral y un niñero para el pueblo. Por lo que ahora el joven se encontraba en medio de las preparaciones para comenzar a usar su don 'como era debido'. Porque hasta ese momento, Camilo solo habia utilizado su don para entretener a su prima o para mejorar sus bromas.
Esto lamentablemente tambien provoco el haberse distanciado un poco de Mirabel. Y era por eso que el estaba alli, queria aprovechar lo maximo para estar junto con ella y de paso ayudarla en lo que sea que le estaba agobiando antes de que ella posiblemente tambien se alejara de el cuando reciba su don. Despues de todo, era un comediante nato, y que mal momento no se resuelve con unas pocas risas?
Camilo movió ligeramente el plato hacia enfrente de Mirabel, esta volteo de nuevo a verlo y le dio una pequeña sonrisa mientras tomaba una empanada del plato, justo lo que el joven quería lograr.
"Ja! Te hice sonreír, de nuevo. Que acaso no soy el mejor primo del mundo?" menciono con un orgullo inocente, anotando en una libreta invisible lo que él pensaba eran las veces que la había hecho algo bueno por su prima favorita.
Mirabel solo rio un poco mientras le daba un mordisco a su aperitivo.
"Ya pero en serio, porque estás aquí? Pensé que estabas feliz por que llegara este día." El pregunto.
La cara de Mirabel cambio en el momento.
"Cami... te puedo preguntar algo?" pregunto la niña.
"Claro."
"Me seguirás queriendo si... algo sale mal?" pregunto, mirando a su primo.
Camilo se quedó algo estupefacto ante la pregunta, "Eh? De que hablas Mira?"
"Pues... si algo sale mal. Y si mi don no es lo que todos quisieran que sea? Y si es algo muy muy malo, como el del tío Bruno?"
"Por supuesto que no! Nadie en la familia a recibido un don malo, todos son increíbles, incluso el del tío Bruno, y estoy seguro que el tuyo también lo será!" menciono, acercándose a ella, esencialmente pegándosele en un abrazo infantil, provocando risas en ambos. "Sera igual de genial que el mío!"
Cuando pararon, Mirabel seguía con una última duda, "Y... si no recibo un don siquiera...?" pregunto, esta vez poniéndose aún más nerviosa. "Q... que pensara Abuela de eso...? U papi o mami... o tu-" Camilo la pararía de terminar la oración.
"Eso es imposible, todos en la reciben un don, y tú no vas a ser una excepción." Dijo con determinación, "E incluso si es que pasara, aun así tu seguirás siendo la más especial de todas! Con o sin don, JAMAS dejaras de ser mi prima favorita!" dijo este con una risa, "Además, si te llegaran a molestar por eso, tu gran y apuesto primo les dará una paliza!" dijo dándole nuevamente un abrazo a Mirabel, la cual rio mientras los dos rodaban por debajo de la cama.
Eventualmente el jugueteo termino. En que estaba pensando ella? Todas sus preocupaciones eran realmente estúpidas, y Camilo la había ayudado a ver eso. No tenía en nada de lo que preocuparse.
Ella saldría allí, tomaría la perilla de esa puerta y obtendría su don. Haría que su familia se sintiera orgullosa, podría ayudar a su pueblo, ¡y ella y Camilo jugarían un montón con sus nuevos dones!
Mirabel se sentía preparada, "Tienes razón Cami, gracias." Ella le agradeció.
Mirabel reposo su cabeza en el hombro de Camilo, solo por unos segundos, pues ya se había hecho demasiado tarde, su ceremonia empezaba en cualquier momento y ellos seguían sin aparecer.
"Deberíamos ir, no crees? Después de todo, esta es tu noche primita." menciono Camilo.
El jovencito de rulos salió de debajo de la cama, seguido de Mirabel, quien parecía tener una cara de vergüenza, mientras apretaba sus puños, algo que Camilo encontró muy gracioso.
"No me digas primita! Tenemos la misma edad!" puchereo.
"Soy dos meses más viejo que tú, por lo que me hace mayor!" se burló Camilo.
"No es justo!" dijo enojada, cruzando sus brazos.
Camilo solo se rio, y le ofreció su mano para por fin salir.
"Me permite llevarla a su fiesta señorita Mirabel?" menciono de forma elegante y exagerada, haciendo reír a Mirabel.
Ella con gusto acepto, pero antes de que salieran, Mirabel tenía algo más que decirle a su primo.
"Oye Cami..." pregunto, haciendo que él se voltee. "Puedes... puedes acompañarme cuando vaya a mi puerta?"
Camilo analizo la pregunta, pues su pequeño cerebro aun no pudo procesar bien la misma, pero cuando lo hizo, su respuesta fue inmediata.
"Claro que si Mira! No creo que mama ni papa se molesten, además, si te ayuda a calmarte por supuesto que lo hare. Todo por ti!"
Mirabel sonrió como nunca antes ante la respuesta, y le dio un abrazo.
"Bueno, vayamos Mira, alguien debe conseguir su don hoy!" menciono alegremente Camilo.
"Si, vamos!"
Ambos salieron de la habitación al caótico exterior con una confianza abrumadora. Camilo gritando que había encontrado a Mirabel.
Y así, finalmente, la ceremonia pudo comenzar. Mirabel estaba emocionada, feliz de todo lo bueno que saldría de esto, de todas las nuevas posibilidades que surgirían.
Nada podía salir mal, se dijo a sí misma.
Nada saldría mal.
.
.
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¿Verdad?
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Pues, decidí reescribir un poquis este prólogo, pues no estaba muy satisfecho con él. Y creo que ahora si me gusta como esta, no hay muchas cosas cambiadas pero es lo que hay.
Nada, solo eso.
-Hez.
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Salvando el Milagro, Juntos.
FanfictionEntre medio de una union inmoral y repentina, Camilo y Mirabel Madrigal, las dos personas mas unidas de la familia magica de Encanto, se adentran en una aventura para descubrir que le sucede al milagro de su familia, saber sobre la desaparicion de s...