Quien me iba a decir a mi, que el comienzo de mi historia iba a ser tan enrevesado.
Todavía no recuerdo como me había convencido de mudarnos tan lejos, 12 horas en coche y solo podía observar bosques oscuros y prados desolados. Ya incluso llegó un momento en que empecé a echar de menos las fabricas humeantes y los edificios llenos de gente enlatada acostumbrada a la rutina. Aquello carecía completamente de vida animal ,incluso llegue a pensar que el coche se había estrellado y todo aquello era el limbo. Pobre de mi , ojala me hubiese estrellado de verdad
Por mucho que me obligasen a imaginar destinos peores que la muerte todos ellos eran mejor que lo que se me venia encima. La carretera era engullida por un bosque espeso hasta tal punto que no era capaz de ver mas que arboles y maleza. Aquello parecía un mala historia de terror y justo cuando pensaba que nada podía ir a peor mi tío decidió abrir la boca
—Bueno, que te parece campeón... aquí se crio tu padre y conoció a tu madre...—Se le notaba en la cara que estaba intentándolo pero le corte tan rápido como pude
—AJ como sigas por ese camino te denuncio a la policía...Ya veras...— El día no podía ir a peor o eso quería pensar.20 minutos de extremo silencio y comencé a pensar que me equivocaba.
Notaba a mi tío extraño(bueno, mas extraño de lo normal) ya que no paraba de tragar saliva y dar toquecitos en el volante. No me habría percatado si tuviese la música encendida pero lo único que rompía el silencio era el ruido de la pick-up. No tarde en darme cuenta del motivo por el cual estaba tan nervioso. Poco después de haber atravesado aquel lúgubre bosque nos encontramos con un cartel de madera azul que se caía a trozos. las letras que tambaleaban solo eran eclipsadas por los trozos descoloridos o la maleza que se había tragado casi la mitad de la palabra escrita en aquellas tablas
—¿Ore...Oreshire? Tío...Dime por favor que esto es una broma , dame ese gustazo—Al pasar el cartel ya se podían empezar a ver casas rurales, aquello no se parecía absolutamente a nada de lo que estaba acostumbrado. Al entrar al pueblo había una calle enorme llena de tiendas, aquello parecía una de las películas que se veía Mis.Plummer y que despertaban a mi tío todas las mañanas. Esa señora que siempre me tiraba de los mofletes y me invitaba a galletas encajaba completamente con el paisaje que tenia ante mis ojos.
Pude coger aire al ver una tienda de música pero pronto la perdería de vista y pasaría a ver calles largas y casas con jardín. Como podía ser que el mismo modelo de coche destartalado se repitiese cada 3 casas. Estaba tan absorto en observar como el paso del tiempo se había detenido en algunas partes del mundo que no me di cuenta en el señor que saludaba hacia nosotros, fue cuando mi tío aminoro y giro que me percate. Desde la ventana trasera del coche parecía un hombre de pueblo robusto. Era visiblemente mas alto que mi tío aunque para mi no era una sorpresa ya que hasta yo me había acostumbrado a que pensasen que era mi hermano y no mi tutor legal. Nada mas aparcar mi tío bajo con una enorme sonrisa y entablo conversación con el susodicho. Yo por mi parte baje lentamente y camine hacia parte de atrás de la camioneta para empezar a cargar cajas o esa era mi intención
—Míralo, Arnold Jacob, el pequeño AJ ya no es tan pequeño —Menuda voz tenia
—Harald...Tu...Tu sigues igual. Me alegro de verte viejo amigo—Mi tío siempre había sido un hombre de increíbles dotes sociales pero eran pocos los que se podían contar como sus amigos. Cuando me acerque a ellos cargando una de las cajas de la mudanza pude ver bien al llamado Harald y aquel nombre vikingo le quedaba como anillo al dedo. Aunque en estatura éramos parecidos tenia un aspecto rudo. La cicatriz que recorría sus anchos brazos te hacia céntrate en aquellos tatuajes bastante atípicos, se veía que era un fanático de los lobos ya que tenia un par plasmados en la piel. Cuando termine de analizarlo este estaba mirándome fijamente y pude vislumbrar lo que eran unos colmillos realmente inusuales ,aunque no diría que fuesen tan exagerados pero no era costumbre ver a una persona que los tuviese tan afilados y dominantes.
—Tío, voy subiendo esto...tarda lo que quieras (haber si tengo suerte y la casa se derrumba antes de que entre)—Desgraciadamente ese no fue el caso.
Al abrir me di cuenta de la diferencia en cuanto a la gran ciudad. Para empezar la puerta hacia tal ruido que llegue a pensar que se estaba riendo de mi, cosa que no me sorprendería. Obviando un cubo, una fregona y una escoba que habían tirado en la entrada el resto de la casa parecía sacada de otra época. Se podían notar las motas de polvo lo cual hacia juego con los muebles antiguos. A parte de la cocina y el salón había una pequeña biblioteca donde me dispuse a dejar las cajas, fue soltarlas en el suelo y la nube que levante me dejo ciego durante unos segundos. Cuando termine de abanicar el aire con la mano y dejar de toser mi mirada se quedo fija en imponente cuadro que no terminaba de pegar con lo simple que era la casa.
Sin darme cuenta mi mano se acercaba y al marco al pasar el dedo la capa de polvo que encerraba sus misterios desaparecía. Un marco dorado , un hombre sonriente que se parecía demasiado a mi, una mujer de cabellos blancos como la luna y un frágil y pequeño niño de apenas 1 año. Estaba tan absorto que no fui capaz de percatarme de la sombra que se cernía sobre mi, solo el susurro de su voz
—¿Valentín...?—Esa voz , que se coló entre las rendijas de mis pensamientos, esa voz que despertaba mis emociones dormidas. Simplemente esa voz
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Entre Colmillos
LobisomemValentín , Un joven que se ve obligado a cambiar su divertida y cómoda en la ciudad por un montón de misterios y desenlaces fatídicos en un pueblo