El silencio de nuestros sentimientos. BakuDeku.

Un sentimiento.

Las prácticas habían terminado y el traje de Deku estaba casi destruido, le había tocado pelear contra Todoroki y Bakugou. Lamentablemente había perdido pero estaba feliz, sabía que si ganaba, Bakugou estaría enfadado con él por días.
El ganador había sido Todoroki, por lo que el rubio estaba insoportable, peleaba con cualquiera que se le acercase, así que cuando Aizawa sensei le pidió que le llevase un recado se negó rápidamente.

— Por favor, profesor. Usted sabe que él está enfadado.
— Es un simple recado, Midoriya. Hazlo antes de que termine de anochecer.
— Sí, profesor. —dijo desilusionado y pensando como acercarse a Bakugou sin recibir un golpe de su parte.

Se alejó de su sensei mientras seguía ideando un plan, no encontró uno y ya estaba frente a la habitación. Se armó de valor y tocó suavemente la puerta.
No fue escuchado.

— K-kacchan.. —nuevamente tocó, esta vez escuchándose más el pequeño golpe.
— ¡¿Qué mierda?! ¡Lárgate de aquí, maldito idiota!
— Kacchan, Aizawa sensei me pidió q-

Dio un pequeño saltito de espanto al ver como el contrario abría la puerta con fuerza. Tenía el ceño totalmente fruncido como de costumbre.

— ¡¿A mí que me importa lo qué diga ese viejo?! ¡Qué se joda!
— Pero, Kacchan. Es importante y-
— ¡Lárgate!

Oh, mierda. Recién se había dado cuenta que Bakugou se encontraba sin camiseta, lo hacía ver jodidamente sexy. Izuku creía que con sólo verlo una vez más soltaría un gemido.

— ¡El profesor Aizawa dijo que mañana saliendo de clases vayas a la dirección, él te esperará allá! —soltó de una yéndose rápidamente con los ojos cerrados dejando a un rubio confundido aunque acostumbrado por su raro comportamiento.

Muy apenas llegó a su habitación, sus piernas temblaban. ¿Tanto le gustaba aquel chico? Lo había puesto de esta manera sólo por no vestir una prenda.

— Necesito.. controlarme o..
— O qué?

Dejó salir un gritillo, Todoroki se encontraba frente a él. No sé había percatado de su presencia.

— ¡Todoroki-kun! ¿Qué.. haces aquí?
— Vine porque parecías inquieto durante el entrenamiento, ¿te sucede algo? —había dicho con su suave tono de voz de siempre.
— ¡No, no! No te preocupes, sólo.. pensaba en que Kacchan se enfadaría si yo llegase a ganar. Él siempre quiere ser el mejor..
— Entiendo, entonces.. ¿por qué tiemblas? ¿Te espanté?
— Ah, eso. N-no es nada, no te preocupes. Gracias por venir a ver como me encontraba. Lo aprecio.
— Está bien, me iré ahora. Duerme apropiadamente. —dijo mientras salía por la puerta dándole una última mirada al peliverde antes de irse.
— ¡Sí! Tú igual, Todoroki-kun. Buenas noches.

Cerró la puerta en silencio al perder de vista a los pelos bicolor soltando un suspiro. Se acercó a la cama sentándose a descansar, desabrochó las cintas de sus tenis y se los retiró dejándolos a un lado.

— Eso estuvo cerca, no sabría como explicarle lo que siento.

Por lo cansado que estaba, al sólo recostarse y cerrar los ojos se quedó profundamente dormido.

— Eres un maldito pervertido.
— N-no, Kacchan yo.. yo..
Yo de verdad, sí lo soy, quiero tocarte, quiero.. —se abalanzó sobre el rubio besando sus labios mientras que el otro apretaba su cintura haciéndolo jadear.
— ¿Tanto lo deseas?
— Te deseo más que a otra cosa, tómame. Tómame, por favor. Soy tuyo. —dejó salir mientras abría sus piernas vulgarmente dejando a la vista su entrada. Soltó un gemido al sentir al rubio y..