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Capítulo 199 - 201

El equipo tenía un Qi Ling menos pero ahora un Payaso más. La aparición de Payaso hizo que las expresiones de la mayoría de las personas cambiaran. Aunque Xing Yan, Duan Li y Luo Feng estaban experimentando una pérdida parcial de memoria, Luo Feng fue el primero en recordar a Payaso mientras señalaba la nariz de la otra parte y decía:

"¡Mierda, hijo de puta!"

Al mismo tiempo, Payaso también señaló la nariz de Luo Feng y dijo al unísono: "¡Mierda, estaba a punto de decir eso, bastardo!"

"¡No te has dado cuenta cuando me apuñalaste en Cementerio!" Luo Feng comenzó a provocarlo.

Payaso no se reconcilió, "¿Qué estoy contabilizando? ¡¿Contaste cuántas balas me disparaste?!"

"En ese momento, no parecías ni un humano ni un fantasma, y ​​no sentiste el dolor cuando te disparé, ¿verdad?"

"Disparaste tantos tiros, ¡así que te apuñalé! ¡¿No te sientes arrepentido?!"

Abismo dijo con una cara sombría en su rostro: "Cállense los dos".

Debido a que Abismo siempre exudaba un aura sombría, los dos de repente cerraron la boca pero aún se comunicaban en secreto usando los ojos. Sus ojos brillaban de todas las maneras, intercambiando miradas coquetas... tos, tos, no está bien.

Sin embargo, cuando entraron a la iglesia, todos se sintieron atraídos por el enorme crucifijo frente a ellos. Al mismo tiempo, había una figura de pie debajo de la estatua. Este hombre estaba de espaldas a Abismo y vestía una túnica negra adornada con lados rojos. Su atuendo también incluía una capucha negra y un par de guantes blancos. Iba disfrazado de sacerdote.

"Bienvenido al Templo del Tiempo".

Cuando varias personas estaban de pie debajo de la escalera hacia el crucifijo en la iglesia, el sacerdote que estaba parado en los escalones pareció escuchar sus pasos, pero no miró hacia atrás sino que pronunció esas palabras en un tono moderado.

Abismo sintió una pesadez en el aire. Estaba mirando al sacerdote que estaba en la escalera y notó las manos delgadas del sacerdote colgando a los costados. Entonces el hombre se volvió lentamente. No podía ver toda su cara debajo de la capucha; sólo sus labios pálidos y su barbilla limpia parecían visibles.

El sacerdote bajó la voz lentamente. Su voz era mecánica y entumecida. Susurró: "Soy sacerdote y juez. Sé por qué estás aquí, y lo que quieres está justo aquí.

Cuando el sacerdote dijo esto, se activó un mecanismo en los escalones y un gabinete de exhibición salió del piso. En el gabinete, había un fragmento muy pequeño, como una especie de esquina de piedra, en el que estaban tallados patrones familiares y complicados. Esa era la esquina que faltaba en el cubo y también la cerradura del cubo.

"¿Es realmente bueno presentar las cosas de una manera tan grandiosa?" Abismo era audaz y presuntuoso. Levantó los pies directamente, subió los escalones hacia el centro de la iglesia y se acercó a la cerradura del cubo.

El sacerdote le dio a Abismo una breve mirada y dijo a la ligera: "No te preocupes; te pertenecerá tarde o temprano. Mientras tengas la capacidad de quitártelo, te lo daré personalmente".

"Escuchando lo que dices, parece que tengo que desembolsar un alto precio para quitarme esto". Abismo rígidamente dio una sonrisa. Cuando vio la cerradura frente a él, no sintió que había ganado. Estaba tranquilo, pero se sentía muy cansado y letárgico.

Anhelaba el final de todo esto. Esperaba poder dormir por un largo tiempo y despertarse para ver a todas las personas que amaba a su lado, tal como una persona común viviría toda su vida. Nada sería más afortunado que experimentar eso.