Leila
Febrero 16, 18:27 p.m, Hospital Rillps
Siento mis párpados pesados, con mucho esfuerzo los abro y suelto un bostezo. Hoy por fin me darían el alta, y podría irme a casa a comer todas las cosas deliciosas que cocina mi mamá. Me senté en el borde de la camilla y tallé mis ojos.
-Buenos Días Mam...¿eh?-Un tipo de unos 20 años me miraba fijamente. Sus ojos celestes eran frios y sin expresión.
-¿Te conozco?-Se levantó y sin decir una palabra se dirigió a la puerta. La abrió y volteó.
-Si quieres mantenerte con vida, corre-Su voz era sumamente ronca y lenta, tanto que se me erizó la piel de la nuca. Y sin más, acomodó su chaqueta y se fué.
Muy confundida me levanté, tomé mi bolso y me dirigí al baño.
Hice mis necesidades y cambié la horrenda bata por una calza roja y una remera gris con rayas un poco mas oscuras. En mis pies me puse unas zapatillas y até mi pelo con una trenza espiga.
Guardé mis cosas en una mochila y fui hasta el pasillo, un escalofrío recorrió mi espalda al ver el pasillo completamente a oscuras. No se veía nadie, y me aguanté un grito cuando al final del pasillo pude contemplar una criatura, no era un animal, eso es seguro. Apreté mis labios cuando soltó un rugido ensordecedor.
Comencé a alejarme de allí pero tropecé con algo biscoso, llamando la atención de esa cosa.
Los sonidos de alguien corriendo llegaron a mis oídos y reaccioné. Me levanté a toda velocidad y corrí lo más rápido que pude, con el corazón en la garganta con la bestia pisándome los talones. A mitad de camino alguien tiró mi brazo y tapó mi boca "Cuando diga 3, corre hacia donde estaba la bestia"
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Y así conocí a Steven, mi compañero de aventuras en este infierno.
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| Surviving |
General Fiction❝Y al mirar a mi alrededor me di cuenta de algo: El mundo jamás volvería ser el mismo.❞