Han pasado años desde que escribí el último capítulo, de lo que sería hoy una historia inconclusa. He cambiado. Ha cambiado el mundo. Soy más feliz de lo que podría pensar. Y más infeliz de lo que me gustaría admitir.
No he escrito un libro. Ni tampoco he dejado una huella en el mundo terrenal.
He seguido estudiando y he conocido más personas de las que me gustaría reconocer.
Me he enamorado, he llorado y hasta casi... me he rendido de pie en la vida. Pero no lo he hecho. Sigo acá.
Mis peleas externas como internas han cambiado. Sigo destruyéndome para crearme. Soy un círculo infinito de reinvención.
Me gusta y disgusta la vida que llevo.
Saludablemente creo que estoy condenada a un dolor permanente que aparece y se va cada vez que quiere.
Me ha salvado un amor, de mi misma. O eso quiero creer. Aún espero que dure hasta cumplir mi sueño de casarme y tener hijos.
Mi otra mitad, sigue igual de lejana que la última vez que la vi. Ella tan hermosa y rota.
No creo que sea una actualización de mi vida esto, creo que es el comienzo de otra etapa. Quizás vuelva, quizás no.
A diferencia de antes, si he corregido un libro. Me queda pendiente el escribirlo. Pero ser un ser emocional es más difícil de lo que parece.
Hace rato que no escribía. No tenía nada que decir. O... eso quiero pensar.
Aunque sabemos, que callo más de lo que pienso y digo.
Yo sigo siendo la misma. Con las mismas ilusiones, pero con 20 años.
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Cuando nada pasa, es cuando pasa todo.
Storie breviPequeños relatos de amor y pasión que te regala la vida.Oportinidades que las aprovechas... o la pierdes.