Capítulo 3.- Terminaciones nerviosas.

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Mi mente reaccionó más rápido de lo que creí posible: Mesa quince. Ojos llorosos. borrachera... Dylan.

- ¿ ______? ¡ _______ ! ¡Reacciona mujer! -dice mi jefe chasqueando dos dedos frente a mis ojos.- ¡A la mesa quince! ¡Ahora! -grita.

Todavía en estado de shock, me paro y camino hasta la puerta del camerino, donde me espabilo  y recuerdo que Dylan está borracho, por ende es muy difícil que recuerde algo de lo que pase esta noche.

Sí. Eso pasará.

Salgo del lugar para pasar al comedor del bar, donde al fondo, en la famosa mesa quince, está Dylan O'Brien. El chico que nunca debería haber venido aquí.

Al ver que me acerco, Dylan se incorpora, se seca las lágrimas y me devuelve la mirada con un aire sexys y desafiante.

-Hola... -digo con voz sensual, más grave de lo que pretendo, para que así mi voz no sea reconocible.

-Hola muñeca -me siento en sus piernas.- ¿Cómo te llamas?

No se me ocurre nada mejor.

-Margo -digo rápidamente, pero con ese timbre sensual.

-Margo... -repite el con aire pensativo.- Lindo nombre.

-Gracias ¿Y el tuyo?

-Dylan.

Para dejar de mirarlo a los ojos, lo beso en los labios. Poco a poco el le da cabida a mi lengua, y nuestros besos se vuelven más apasionados y cargados de deceo. Me separo de Dylan cuando siento que esta me toca el muslo. Me paro, le agarro la mano y lo llevó hasta la sección del local en la cual hay habitaciones con sus respectivos juguetes sexuales, lubricantes, condones y más en sus veladores. Lo llevo a la pieza de al fondo, la más escondida. Al cerrar la puerta, lo tiro contra la cama matrimonial en perfectas condiciones, y me colocó frente a él. Es como una especie de protocolo que sigo todas las veces que me toca trabajar con adolescentes; los calienta más. Me pongo frente en la silla (estratégicamente colocada para esto), tomó la boa de plumas que está en esta y me siento a horcajadas de esta, al revés de lo normal, con las piernas abiertas a los lados del respaldo. Comienzo a frotarme contra está, con la boa de plumas entre las piernas. Suelto pequeños gemidos de vez en cuanto, y cuando llegó al orgasmo, grito el nombre de mi amante.

-Aahhhh... Dylan... ¡Dylan! AAAHHH

Al salir de la silla veo que el amiguito de Dylan está más que despierto. Me tiro encima de él, haciendo que su espalda choque contra la cama y lo beso en la mandíbula. Hago un camino de besos hasta su boca y allí es donde se produce el verdadero comienzo de la noche.

***

NOTA DE AUTORA: CHAN CHAN CHAAAAAAAAAN!!! XD como están?  Con las bragas mojadas? XD espero que les haya gustado, mañana subo el capitulo con verdadera acción ;) 7u7  ya saben. Eso en todo por hoy.

Saludos, Y î v ă .

Prostituta (Dylan O'Brien).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora