𝐄𝐩í𝐥𝐨𝐠𝐨

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-bueno Yesung, mi amigo el trincho te dará una pequeña inspección profunda. -hablé burlón con el trincho en la mano. Yesung me miró asustado e intentado apartarse.

-aléjate con eso de mi, mocoso. -levanté una ceja por su último mote.

-eres un gran idiota, en serio. Mira que matar a mi madre, solo para tenerme a mi, es ser una gran hijo de puta. -suspiré molesto y triste por el recuerdo de mi madre. -así que.., -levanté el trincho al cielo. -en el nombre de mi madre y su muerte, voy a detrozarte la vida.

Y con eso dicho moví el trincho dandole en la pierna. El gritó desgarradoramente y sacudiendose como babosa en sal.

Yo reí con ganas al ver la sangre manchando su pierna y el piso, mientras todavía tenía el objeto enterrado, el cual moví de arriba a bajo buscando abrirle más la herida.

—de-detente, hijo de perra. -susurró llorando.

-¿Eso te dijo mi mami mientras la matabas?. -le pregunté tomando su cara un una de mis manos. -¿te suplicó que pararas de hacerle daño, verdad?. -sonreí sin ganas. -bueno, ahora es tu turno. -le golpeé con suavidad las mejillas, hasta darle un puñetazo. -entonces suplica, perra.

Me aparté de él hasta la mesa, dejandole aún el trincho enterrado. Me puse un guante y una mascara de gas para tomar el tubo de ensayo con el ácido fluorhídrico y caminé de nuevo a él.

-¿Sabes qué es esto dulzura?. -le pregunté mostrandole el frasco. -un lindo ácido que va a dolerte mucho. Así que vamos a aplicarte un poco en el pecho, ¿Qué dices? Para que te quite ese bello asqueroso que tienes.

Destapé el tubo y lo alejé de inmediato de mi pues si respiraba esa cosa demasiado, el muerto sería yo. Lo acerqué a su pecho y vi como hizo el intento de apartarse.

-vamos, no seas marica, solo será un poquito.

Le vertí un poco de la sustancia en el cuerpo y de inmediato vi sus efectos. Su piel comenzó a burbujear y a ponerse completamente roja, quemandose con rápidez.

-¡Ahhh!. -gritó sacudiendose de nuevo. -quítame esto, maldito. ¡Quítamelo!

Yo solté un risita completamente complacido del como su piel se estaba volviendo un chicharrón frito, dolorosamente lento.

-nop, no te lo quitaré. Al contrario, te hace falta más.

Moví mi mano desocupada a sus pantalones, los desabroché y los abrí, aparté sus boxers y sin demora, le vertí el ácido en sus partes íntimas.

Como era de esperarse, el no demoró en gritar nuevamente y a jalar las cadenas

en busca de soltarse, lo cual iba a ser imposible. El no saldría de esas cadenas hasta que no estuviera muerto.

-vreo que ya me aburrí de ti y tus jodidos gritos de marica. Voy a darte la felicidad de acabar con tu mugrosa vida.

Caminé a la mesa, me quité el guante y la mascara para luego tomar un clavo largo de acero y un taladro. Miré a Hyunjin y le hice una seña para se acercara.

-¿Me ayudas a detenerle la cara mientras le clavo eso en la frente, bebé?-le pregunté tierno.

Él tragó saliva viendome con sus ojos dilatados y oscuros, llenos de lujuria.

-por supuesto, precioso-se colocó detrás de Yesung y le sostuvo la cabeza con fuerza, la cual no era tan intensa pues Yesung estaba prácticamente muerto ya.

-bueno, amiguito, ¿Algo que me quieras decir antes de morir?. -le pregunté feliz.

-te pudrirás en el infierno, bastardo.

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⏰ Última actualización: Apr 23, 2022 ⏰

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The Purge ( La noche de las bestias ) 2da tempo. Adap. ºHyunKnow ºDonde viven las historias. Descúbrelo ahora