💜🖤En una noche de festejo, un agente escapaba de la mafia, de la cual había descubierto una importante información ante la posible caiga de su reinado, siendo perseguido por los maleantes, Kim Taehyung fue a elegir una importante desicion de poder...
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El suelo donde pisaba se sentía diferente, como si mi libertad acaba de ser puesta, toda presión se había terminado y tome mi bolso mientras Tae me esperaba en el elevador con clamor, cuando cerró las puertas logre que me abrazara y me llevara hasta mi auto, donde sería mi chófer también...
—Permitame joven—abrío la puerta como todo un caballero dejando que subiera, tomó mi mano y la beso con ternura, haciendome el ser más importante de este universo...
—Gracias Tae—subio al auto y me preguntó todo coqueto...
—A donde quiere que lo lleve jefe...
—A las estrellas y a la luna que nos guíe al camino de nuestro amor💜—no pude resistirme a no decirselo, no podía callarmelo, estaba tan expuesto a que Tae me llevara a donde fuera, pero mi deseo sería difícil que se cumpliera, cuando vi a los guardias de Yoongi espiarnos a las afueras del estacionamiento...
—Esta vez no se va a poder mi amor💜...
—Porque precioso...
—Mira, estan los guardias de Yoongi y ten por seguro que nos seguirán—Tae asiste temiendo que estarían en peligro y que Yoongi al fin de todo, no me tenía la suficiente confianza...
—Te llevaré al centro comercial mi amor💜y ahí compraras lo necesario para que no seamos descubierto—arrancó el auto y salimos como dos compañeros de trabajo a cumplir con nuestra misión.
Todo parecía claro y preciso, mis sospechas habían sido ciertas y nos seguían por detrás.
El camino se me hacia eterno, pero por fin habíamos llegado al centro comercial, donde baje del auto y decidí que le esperara afuera en el auto...
—Creo que es mejor que me esperes afuera Tae, no quiero que un arranque nos lleve a una equivocación...
—No precioso, te prometo ser discreto y no causarte ningún problema, pero por favor...¡déjame acompañarte!—no le podía negar nada, con esos pucheros tan adorables que me daba.
A veces parecía tierno y convincente y otras, un demonio que sólo me tentaba al deseo de placer para convertirme en su propiedad...
—Esta bien Tae, solo porque no puedo negarte nada—salió del auto y lo cerró, caminamos separados hasta la tienda de adornos donde alquilar el pedído para que afirmara todo, cuando termine de contratar, los guardias esperaban afuera sin importarles, si me había dado cuenta o no.
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