Faltan 7 días para Halloween

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Los niños en los colegios están muy entusiasmados con esta fiesta ya que están deseando disfrazarse de monstruos y recoger caramelos puerta por puerta.

Pero desde hace más de dos semanas que la policía tiene noticias de niños desaparecidos en el bosque.

Una gran cantidad de niños han sido hallados muertos de manera desalmada y brutal en sus camas.

Los colegios han sido alertados de estos sucesos para que tengan cuidado con los niños y los alrededores de los colegios, por si alguien sospechoso se acercase a los niños y no fuese conocido por ellos.

Hace poco nuevas familias se han mudado a nuestro barrio, Elder Creek, como jefe de policía voy a vigilar su zona de residencia las próximas noches para evitar riesgos con los recién llegados y estos sucesos.

Tras un largo día de trabajo en la oficina me voy a casa con mi familia.

Es de noche, hace bastante frio y las calles están vacías, me he quedado hasta muy tarde escribiendo los últimos informes.

Me subo el cuello de mi abrigo y aligero el paso, creo que alguien me observa.

El viento sopla fuertemente y me parece escuchar una risa tras de mí.

Me vuelvo con mi pistola desenfundada.

Nada.

No hay nadie tras de mí, entonces lo noto, una respiración completamente gélida en mi nuca me hiela los huesos y mi piel se eriza por completo.

La risa de este individuo es lo único que puedo oír.

Noto algo más frio en mi cuello, un cuchillo.

El objeto puntiagudo como un alfiler me hace sangrar levemente mientras sigo escuchando su risa.

"Soltare mi arma, ¿de acuerdo?"

El simplemente ríe, pero noto que ha dejado de presionar con su cuchillo, así que comienzo a agacharme con las manos en alto, cuando estoy ligeramente pegado al suelo comienzo a bajar mi arma, hasta dejarla en el suelo.

"Está bien, ya está en el suelo, tranquilícese."

Intento calmar mis pulsaciones. Ya no oigo su risa.

Me atrevo a mirar tras de mí, estoy solo, arrodillado en la acera de la calle y mi pistola a mi lado.

Recojo mi arma, la enfundo y corro hacía mi hogar, no está muy lejos, no si voy corriendo.

No lo pienso dos veces y corro.

Cuando estoy cerca de la puerta saco las llaves y abro la puerta.

Las luces están apagadas.

De nuevo, siento que alguien me observa.

Agarro mi pistola sin llegar a desenfundarla, cuando noto unas manos frías que tapan mis ojos, no me alarmo ya que escucho una voz muy familiar que me habla.

"Hoy has llegado muy tarde y te tengo preparada una sorpresa desde hace bastantes horas."

Mis pulsaciones dejan de acelerarse y se me escapa una sonrisa.

Aun con los ojos tapados reconozco que las luces se han encendido, no veo la misma oscuridad que antes.

Mi mujer me destapa los ojos y mi hijo pequeño me muestra un regalo mientras me grita.

"Sorpresa papá."

Enseguida cojo a mi hijo en brazos y beso a mi mujer.

7 Días Para HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora