Al cabo de 10 minutos llagamos a la escuela y como siempre atraemos la atención de todos...
Me explico, nosotros somos personas que atraen miradas, ya que él es de los chicos lindos/patanes de la escuela, que frecuenta mucho a las plásticas y los deportistas, "los más populares del instituto" según el mismo y yo soy pues la hermana que tiene ojos bonitos, la cual protege de lejos, recatada, sencilla, pocos que han logrado convertirse en mis amigos y come libros sin remedio, es decir, la auténtica chica rara y no es por nada pero me visto mejor que muchas de las chicas plásticas del instituto, se puede decir lo que me hace original...o tal vez no.
Al y yo nos separamos al salir del auto, él se fue con los chicos y yo me dirigí a la entrada del instituto Edmott Hill, es una construcción muy grande de tablilla rojo de estilo inglés, tiene amplias áreas verdes, unas 6 canchas y estacionamiento, parece más un castillo que una escuela, dicen que fue fundado por las mentes más brillantes de Canadá y Europa, que tenían una visión oscura del lago Esmeralda y crearon este lugar como centro de "investigación" y bla bla bla se repite muy seguido en la bienvenida y ya que para entrar necesitas tener buen promedio y bastante dinero es muy prestigiosa según los rumores.
Para ser más específica ¡este lugar es benditamente gigante! , realmente si fuera nueva estaría perdida por completo, bueno realmente el primer año en el que ingrese aquí me perdía mucho durante unos tren meses fue lo mismo, ni porque tenga años estando en este lugar "estudiando" camino sin perderme, aun lo hago pero solo una o dos veces por año, bueno mi hermano si lo debe conocer como la palma de su mano, se la vive haciendo novillos de las horas de clase.
Camino con paso firme ya que las plásticas estaban a un lado de la entrada, soy realmente orgullosa ante esas tipas Barbie, y de paso son muy fastidiosas tratan de acercarse a mí para hablar con mi hermano, son realmente ridículas, santo quiero terminar de organizar mis horarios y los libros antes de que suene la campana, no quiero quedarme después de clase por esto.
-Hola Karo ¿cómo estás?- bien mis planes se vinieron abajo.
-hola put bien contenta hasta que chillaste ¿y tú?-me miro con ojos venenosos, vestía una falda muy corta dejando ver lo suficiente, una camisa gris y una chaqueta de jeans con unos tacones de 10 cm normal en ella.
- mi nombre es Alessa recuérdalo Karo que no todos tienen el honor de que les dirija mis palabras-ok eso fue ridículo la pose de chula no le va.
-Si tú lo dices, pero en realidad me siento desdichada porque tu persona me hablo esta mañana-dije sarcásticamente me miro ofendida, ofendida la debería mirar yo- nos vemos por ahí Put!- le hice un saludo con la mano camine a paso lento dándole la espalda para subir las escaleras y entrar al fin.
Hay personas que no entienden las indirectas, Alessa la típica rubia que suele usar mucho maquillaje, ropa muy ajustada y pequeña, usan más que todo el color rosa y se sienten las reinas del instituto, pero no son más que las que le producen queso a los chicos y las brabuconas de las chicas ese era su tipo, gracias a su interrupción en mi camino mi fastidio aumento, esta mañana ha sido un poco extraña.
Sin darme cuenta me pare enfrente de la entrada, al percatarme di un paso y pase por el arco de la puerta...sentí un pulso que casi me tira al suelo, me dejo sin aliento un momento y mi cabeza empezó a doler, una sensación punzante y molesta, no sé cuánto tiempo dure así.
-Karo?- reaccione un tanto asustada a su toque.
-Al? ¿Qué sucede?-pregunte al voltearme para quedar enfrente de él, seguía en shock.
-Eso debería preguntarlo yo, porque te paraste aquí si ya sonó la campana-lo mire sorprendida y suspiro-está bien no importa, solo vamos parece que empezaremos este año con una conferencia con el nuevo director.
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El lago Esmeralda
Science FictionMi vida estaba llena de personas que ahora extraño, todo esto me esta desesperando después de escuchar esa historia, cuando la escuche completa lo que debía pasar,esa niña , esos colores a partir de eso mi vida se vino abajo. Aunque la verdad es que...