CRUSH CULTURE || troy bolton

iv. stick to the status-quo

———— VI. mantén el status-quo

JULIE BÁSICAMENTE NACIÓ CON UN PIANO EN LA MANO.

Su madre era profesora de música en East High, por lo que su casa estaba repleta de instrumentos musicales por donde sea. 

Rápidamente, empezó a experimentar con todos y cada uno de ellos, descubriendo así su pasión por tocar música.

Antes de comenzar la secundaria, pasaba sus tardes con instrumentos en la mano, buscando en los libros viejos de partituras de su madre alguna canción que pudiese tocar.

En su escuela, todos estaban fascinados por el talento de Julie, y la alentaban a seguir intentando. Y, hacer música, prontamente se convirtió en algo más que su talento, se convirtió en su lugar seguro.

Todo generado por la inocencia de unos niños de primaria que aceptaban a cualquiera, sin importar qué, que hicieron que se sintiera a gusto con lo que hacía.

Julie había escuchado que, en la secundaria donde trabajaba su madre y a la cuál ella iba a ir, se especializaban también en las artes, cosa que en su escuela primaria no pasaba. Y ese simple hecho hizo que estuviese emocionada por meses por comenzar la secundaria.

Su madre abandonó su trabajo en East High el verano antes de que la pequeña Julie comenzara su primer año de secundaria allí. Pero sabía que tenía a su hermano para hacerle cualquier tipo de preguntas que tuviese.

Y así hizo, todo el verano.

Para el día anterior a comenzar las clases, Julie sabía todo lo que necesitase saber de la secundaria. Todo lo bueno y malo. Cómo eran las clases, cómo eran los profesores, la comida de la cafeteria, como había distintos clubes a los que unirte y cómo debería hacer una buena impresión el primer día porque, es esas escuelas, era muy fácil para el resto encasillarte en un esteriotipo que les pareciese bien a ellos.

Y así fue como, el primer día, salió caminando sola, tarareándo alguna canción bajo su aliento, con su bolso sobre el hombro y su guitarra sobre la espalda. Llevaba puesto uno de sus pantalones favoritos, uno estilo cargo marrón claro y un suéter rojo suave. Ella estaba lista para comenzar lo que sería la mejor etapa de su vida.

Hasta que conoció por primera vez a sus compañeros y, todo lo que su hermano le había dicho de cómo podía ser la gente allí, se había hecho realidad.

Ella fue fácilmente encasillada como la hippie por sus compañeros de East High, y aunque, el hecho de que la gente le dijiese hippie cuando eso era lo que ella había buscado le encantaba, Julie debía admitir que odiaba haber sido ubicada en un esteriotipo desde el principio. Y odiaba como el apodo hippie, por el que tanto había luchado, prontamente se había convertido en un insulto, convirtiendola a ella en un blanco perfecto para las burlas.

Sentía que, cada vez que caminaba por el pasillo, tenía un cartel pegado a la espalda que decía hippie. Un cartel que le habían puesto el primer día y que no se quitaría hasta el último día de su último año.

Julie realmente no podía creer que, aquella experiencia por la que tanto tiempo había anhelado, se hubiese convertido en una pesadilla tan rápido. Y tampoco podía creer como la imágen que ella tenía de ella misma había cambiado en cuestión de minutos. Y eso último si que la hizo enojar.

Por eso, durante el almuerzo, se dispuso a buscar el club de drama del cuál su madre le había hablado tanto.

Pasó por el gimnasio, y se quedó unos segundos en la entrada viendo como el equipo de baloncesto jugaba. Rápidamente emprendió su camino otra vez al auditorio, donde supuestamente la profesora de arte dramático iba a estar.