El mundo que no vemos, pero sí sentimos

32 0 0
                                    




Cada persona es un universo distinto, siempre he tenido la idea de que los únicos límites que tenemos son los que ponemos a nuestro alrededor. Algo que me mata, es ver a alguien que no se atreve a vivir una aventura por miedo a fracasar, por esa culpa que puede surgir en su interior si falla. Eso me pasaba a mí antes de escribir este libro, encontré una experiencia inolvidable y he decidido no soltarla nunca jamás. No lo hubiera sabido si es que no me hubiera atrevido a dar el primer paso. El hecho de obtener placer al poner mis ideas y pensamientos en papel es algo que nunca nadie me va a poder quitar. Me quedo con la frase de Abraham Maslow "no se puede elegir sabiamente una vida a menos que se atreva uno a escuchar a sí mismo, a su propio yo, en cada momento de la vida."

A veces, no nos damos el tiempo para conocer el mundo. Una vez que empecé a viajar, entendí lo pequeño que soy. Explorarlo se ha vuelto una tarea ilimitada y reconfortante que requiere de recursos y tiempo para lograrlo, aunque hacerlo no tiene pierde.

Decidí mantener mi escritura oculta, sin decírselo a muchas personas para no generar expectativas, quería que fuera una sorpresa, un regalo para mí y las personas que me rodean. Sobre todo, compartir mi vivencia en otro país donde creo que fui marcado para siempre. Con el propósito de encontrarme a mí mismo, encontré las cosas indispensables en mi vida, tres rasgos que me motivaron a escribir este manuscrito: fomentar los viajes, encontrar la felicidad y dudar de la vida.

A mis diecinueve años, siento que estoy en una constante búsqueda de hallar algo más allá del trabajo y los estudios. Este viaje me ayudó a descubrir esas claves que para mí son muy importantes, las cuales siento que me dan un significado e importancia en lo que hago. Por otro lado, no todo fue ganancia, cometí muchos errores, fracasé en varios ámbitos y admito que tiré la toalla y me rendí varias veces.

Por último, algo que se irán dando cuenta en la lectura es que separé esas claves en siete partes, las cuales son las llaves de mi felicidad. Estando allá, apunté todo lo que me sucedía en un diario. Cuando regresé del viaje y me senté a leer algunas notas sobre mi pasado, sentí la gran urgencia de juntarlo todo en un libro. Desde entonces, he ido recreando una historia donde puedo compartir mis sentimientos, aprendizajes y forma de pensar actuales y también de cuando estaba de viaje, gracias al diario.

Fortuna: 15/04/2020

¿Un golpe de suerte? ¿el destino? ¿un premio de parte del universo? Ya ni me interesa. Estoy regresando a casa con la mochila llena de billetes y un ojo morado ¡Treinta mil dólares repartidos en billetes de cien! ¡Es una completa locura! El intercambio cultural se quedó corto con la jugada magnífica que acabamos de cometer, lo único que puedo decir es que a veces solo hay que confiar y punto, cada uno obtiene lo que se merece.

Nada mal, ¿no? Creo que puedo vivir cinco años más sin mover un solo dedo, me siento optimista. Eso sí, no puedo contar el final del chiste sin contar el chiste, tengo que comenzar desde el inicio. El dinero que gané es lo de menos, lo importante es como llegue a esa situación, donde la casualidad por unos breves segundos jugó a nuestro favor, cualquier cosa pudo pasar. En realidad fue algo estúpido, terminamos saliéndonos con la nuestra pero todavía no entiendo cómo lo logramos ni mucho menos porque lo hicimos. No me arrepiento de nada, este viaje ha sido una completa bomba que volvería a repetir siempre, incluido el ojo morado.

Con el motivo de que los lectores puedan revivir conmigo todo lo que sucedió, paso a contar la historia desde el comienzo, un año atrás donde todo comenzó: mi casa.

Capítulo 1:

Todo lobo necesita una manada

15/04/2019

El mundo que no vemos, pero sí sentimosWhere stories live. Discover now