Tepic Nayarit, 14 de febrero de 2017

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Martes era sinónimo de dormir, era uno de los pocos días de la semana que no tenía que madrugar, entraba tarde a clases.
Me levantaba con calma, después me sentaba al borde de mi cama a escuchar las dulces melodías que sonaban en mis pensamientos. No sabía decir cuánto tiempo pasaba, porque después observaba algún rincón de mi habitación, que me invitaba a dibujar algún recuerdo.

A veces cantaba, melodías que surgían espontáneamente relatando mis emociones del día, en fin era un momento relajante.

Esa mañana recibí un mensaje de mi amiga Berenice; así también de Mariela y Paulina. Era un día de fiesta, una celebración que no veía el caso festejar. Sin embargo, no dejaba de preguntarme ¿Con quién estará Martín en estos momentos?

Rechacé su invitación para ir a comer sushi, no tenía ganas de ver a toda ese gente, que gasta sus ahorros en regalos que no tenían gran utilidad. Cualquier día era bueno para salir con ellas, no necesitaba que alguien me pusiera un momento especial. Tampoco deseaba ser víctima del consumismo, o que me dijeran que debía de adquirir.

Aún así, tomé un lienzo en blanco para grabar una fotografía de mis amigas. Quería darles un recuerdo que perdurara, algo hecho por mis manos, que expresara mi gran aprecio.

Los años pasaban, los recuerdos se desvanecen, sólo el arte del pincel es capaz de vivir a través del tiempo.
Las chicas no se quedaron sin verme, más tarde las recibí en mi casa; entregándoles esa hermosa pintura como prueba de nuestra amistad.
Aquellas divertidos momentos los guardaré en mi corazón.

Me pregunto si Martín ¿Habrá pasado un día tan genial como el mío?
 

Camila Calderón
 
 

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