22 | llanto

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.:. CHAPTER TWENTY-TWO .:.
( CRYING )

-¿ENTONCES LOS SUSPENDIERON? -preguntó Lyra a Harry quien asintió sin abrir los ojos, tenia su cabeza apoyada en el regazo de la chica mientras esta le hacia caricias- Mira el lado positivo

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-¿ENTONCES LOS SUSPENDIERON? -preguntó Lyra a Harry quien asintió sin abrir los ojos, tenia su cabeza apoyada en el regazo de la chica mientras esta le hacia caricias- Mira el lado positivo.

-¿Existe un lado positivo con Umbridge? -preguntó Harry.

-Los profesores de DCAO no duran más de un año -le dijo.

-Nunca me habia sentido tan mal.

-¿Y si te doy un beso? -le preguntó la rubia de forma burlona.

-Creo que voy a necesitar más de uno.

Pero cuando Lyra agachó su cabeza para darle un beso a Harry, Hermione y Ron entraron a la sala común corriendo.

-Hagrid ha vuelto -informó Hermione.

Harry subió a todo correr al dormitorio de los chicos para coger la capa invisible, mientras que Hermione y Lyra corria a su dormitorio para buscar algo con que abrigarse.

Salieron por la abertura del retrato y se apresuraron a cubrirse con la capa; Ron había crecido tanto que ahora tenía que encorvarse para que no le asomaran los pies por debajo. Bajaron despacio y con cuidado las diferentes escaleras, y se detenían de vez en cuando para comprobar, con ayuda del mapa, si Filch o la Señora Norris andaban cerca. Tuvieron suerte: no vieron a nadie más que a Nick Casi Decapitado, que se paseaba flotando y tarareando distraídamente «A Weasley vamos a coronar».

Cruzaron el vestíbulo con sigilo y salieron a los silenciosos y nevados jardines. Comenzaron a andar hacia allí a buen paso. Bajaron emocionados por la ladera, donde la capa de nieve cada vez era más gruesa, y por fin llegaron frente a la puerta de madera de la cabaña. Harry levantó el puño y llamó tres veces, e inmediatamente se oyeron los ladridos de un perro.

-¡Somos nosotros, Hagrid! -susurró Harry por la cerradura.

-¡Debí imaginármelo! -respondió una áspera voz- Sólo hace tres segundos que he llegado a casa... Aparta, Fang, ¡quita de en medio, chucho! -se oyó cómo descorría el cerrojo, la puerta se abrió con un chirrido y la cabeza de Hagrid apareció en el resquicio. Hermione no pudo contener un grito- ¡Por las barbas de Merlín, no chilles! -se apresuró a decir Hagrid- Llevan la capa ésa, ¿no? ¡Vamos, entren, entren!

-¡Lo siento! -se disculpó Hermione mientras los cuatro entraban apretujándose en la cabaña y se quitaban la capa para que Hagrid pudiera verlos- Es que... ¡Oh, Hagrid!

-¡No es nada, no es nada! -exclamó él rápidamente. Cerró la puerta y corrió todas las cortinas, pero Hermione seguía mirándolo horrorizada. Hagrid tenía sangre coagulada en el enmarañado pelo, y su ojo izquierdo había quedado reducido a un hinchado surco en medio de un enorme cardenal de color negro y morado. Tenía diversos cortes en la cara y en las manos, algunos de los cuales todavía sangraban, y se movía con cautela.

✓ | lyra y la orden del fénix [5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora