34 | lupin y black

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.:. CHAPTER THIRTY-FOUR .:.
( LUPIN AND BLACK )

LYRA SE APRESURO PARA SALIR  del aula de DCAO y tomo la mano de Harry, cuando estaban más o menos en la mitad del pasillo escucharon los lejanos pero inconfundibles sonidos de una maniobra de distracción

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LYRA SE APRESURO PARA SALIR  del aula de DCAO y tomo la mano de Harry, cuando estaban más o menos en la mitad del pasillo escucharon los lejanos pero inconfundibles sonidos de una maniobra de distracción. Se oían gritos y chillidos que, procedentes de más arriba,
resonaban por todas partes; los alumnos que salían de las aulas se paraban en seco y miraban con temor hacia el techo…

La profesora Umbridge abandonó precipitadamente la clase, tan aprisa como le permitían sus cortas piernas.

Sacó su varita mágica y echó a correr en dirección opuesta a la de ellos.

Harry apreto la mano de la rubia y ambos comenzaron  a correr esquivando a los alumnos que se precipitaban en dirección opuesta para ver qué era aquel alboroto del ala este.

Llegaron al pasillo del despacho de la profesora Umbridge y lo encontraron vacío.

Se escondieron detrás de una armadura, cuyo yelmo giró chirriando para mirarlo; Harry abrió su mochila, agarró la navaja de Sirius y puso la capa invisible sobre ambos. Entonces salieron arrastrándose lenta y cuidadosamente de detrás de la armadura y recorrieron el pasillo hasta llegar frente a la puerta de la profesora Umbridge.

El azabache introdujo la hoja de la navaja mágica en el resquicio de la puerta y la movió con suavidad hacia arriba y hacia abajo; luego la retiró. Se oyó un débil chasquido, y la puerta se abrió. Entraron y cerraron la puerta detras de ellos.

Lyra se quito la la capa invisible mientras que Harry iba hasta la chimenea.

Ambos metieron la cabeza en la chimenea mientras Harry tiraba los polvos flu. Los polvos explotaron al instante y provocaron unas llamas de color verde esmeralda.

-¡Número doce de Grimmauld Place! -dijo Harry con voz fuerte y clara.

Cuando la rubia abrió los ojos, vio que miraba desde la chimenea de la cocina de Grimmauld Place hacia la larga mesa de madera, donde había un hombre sentado leyendo detenidamente una hoja de pergamino.

-¿Pá?

-¿Sirius?

El hombre se sobresaltó y miró alrededor. No era Sirius, sino Lupin.

-¡Lyri! ¡Harry! -estaba absolutamente desconcertado- ¿Qué hacen aqui…? ¿Qué ha pasado? ¿Va todo bien?

-Todo genial -infomo Lyra- ¿Puedes llamar a papá? Queremos hablar con él.

Lupin asintio y ambos vieron como Lupin salía a toda prisa de la cocina.

Lupin regresó unos minutos más tarde con Sirius.

-Hola cachorrita ¿Qué pasa? -preguntó Sirius sentándose frente a la chimenea. Lupin se arrodilló también; parecía muy preocupado- ¿Estan bien? ¿Necesitan ayuda?

✓ | lyra y la orden del fénix [5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora