El Cristal del Príncipe [Cristal#1]

Capítulo 23. Como si fuera la primera vez

Hoy era el día.

Damon finalmente cumplía los dieciocho.

Durante todo el fin de semana, no dejó de expresar lo nervioso que se sentía. Aunque la emoción lo invadía, también se veía atemorizado. Por eso, decidí bromear con él, mencionándole en tono jocoso que, ahora que sería legalmente mayor de edad, no podríamos estar juntos. Sin embargo, mi intento de humor no le sacó ni una sonrisa.

—Gracias por ayudarme con esto —le mencioné a Gwen, quien sacudió su mano despreocupadamente.

—Nada que agradecer. De todas formas, mi mamá me obligaría a hacerle un pastel, así que ahora que se lo vas a dar tú, ya no tengo porqué hacer otro.

—¿Están hablando del cumpleaños de Damon? —Holly se unió a nosotros y detuvo sus ojos en la caja que sostenía entre mis manos—. Vaya, ¿tú lo hiciste? —miró asombrada el pastel.

—Mm, bueno, algo así —respondí—. Gwen me dijo cómo hacerlo.

—Oye, a mí nunca me quieres pasar las recetas de nada —se quejó Kian, uniéndose a la charla desde lejos.

—¿Para qué las quieres? De todas formas, no sabes cocinar —replicó Gwen en tono altanero.

—¡P-podría intentarlo! —se defendió, aunque luego pareció perder un poco de ánimo.—. A Holly le gusta lo dulce... —murmuró esto último y Gwen hizo una mueca.

—¿No tiene suficiente contigo? —contraatacó Gwen, y Kian se mostró claramente ofendido.

Holly se echó a reír.

—¿Podrían dejar de pelear? ¿No ven lo nervioso que está Ethan con esto?

—¿Mm? ¿Estás nervioso? —Gwen ladeó la cabeza—. No se te nota.

—Mmm, bueno...no soy muy cursi, pero a Damon sí le gustan este tipo de cosas, así que me pone un poco nervioso que no le guste —admití, hundiendo mis dedos en la caja.

—Por favor, Damon se come todo lo que le des. En serio, no es para nada exigente; creo que por eso su comida siempre sabe horrible. Pero no se lo digas —añadió Gwen.

—Creo que él ya lo sabe —me reí.

—Mmm, Damon y yo nos parecemos mucho en ese sentido —reflexionó Kian, con la mano en su barbilla y la mirada perdida en el aire—. ¿Qué tal si pruebo el pastel primero para ver si le gustará? —esbozó una sonrisa acercándose, pero Gwen le soltó un golpe en la cabeza.

—Deja de intentar aprovecharte. Damon decidirá si le gusta o no. Además, ¿qué es lo peor que podría pasar?

Mis ojos se abrieron de par en par.

Muchas, muchas cosas malas podrían salir mal, en realidad más malas que buenas, como que se lo dé de comer a los perros o lo vomite, o...

—Ethan, ahí viene Damon —susurró Holly, devolviéndome a la realidad. Busqué confundido al chico de cabello oscuro—. Suerte —alzó el pulgar y tanto Gwen como Kian levantaron las manos en puños y se marcharon. Gwen, al pasar junto a Damon, le dio unas palmaditas en el hombro, y gracias a ese gesto, nuestros ojos se encontraron.