CATANAS ELECTRICAS
MUSAK nació en una pequeña población asiática, perteneciente a un poderoso Clan, donde su abuelo era el gran patriarca y él, era el nieto favorito por ser el menor de una larga descendencia. Cuando tenía 7 años de edad, su padre murió y se fue a vivir al castillo con su abuelo, quien lo entrenó en las Artes de combate Samurái, convirtiéndolo en un prodigio de la Catana.
Hijo de samurái, durante una de las épocas más violentas de la historia, era un joven de carácter tumultuoso, con gran fuerza de voluntad, y físicamente muy desarrollado para su edad. Su tío insistió en que estudiase las artes del guerrero, esto unido a su desarrollo físico y su carácter violento, hizo que pronto se viese involucrado en combates. Su primera lucha, tuvo lugar en el patio principal del castillo, solo tenía quince años de edad y le indignaba la arrogancia de los guerreros mayores, que cuando derrotaban a uno más pequeño se burlaban y humillaban delante de todo el pueblo, fue en una de esas cuando Musak desafió a un guerrero y con solo dos movimientos de sus catanas despojó a su adversario de su espada, dejándolo a merced del filo de sus armas, entonces su abuelo le alzó en hombros y lo proclamo el nuevo campeón, el guerrero humillado acometió contra ellos, hiriendo al abuelo con un cuchillo en el muslo, a lo cual Musak respondió con una estocada mortal. En ese momento adquirió el respeto de todos y fue llevado al seno de las tropas y entrenado con dedicación.
Cuando Musak cumplió 18 años de edad, su abuelo fue traicionado por un complot que su hijo mayor había organizado para apoderarse del trono, se dice que el abuelo falleció en medio de una tormenta por una descarga eléctrica pero la verdad es que los desertores le tendieron una trampa y en una emboscada lo acribillaron y quemaron, esta trágica noticia sumió a Musak en una gran depresión, su corazón se sentía oprimido y poco a poco la tristeza se fue convirtiendo en ira, cuentan los ancianos que esa noche con sus dos catanas desafió a los Dioses, pidiendo que lo atacaran con toda la furia de la tormenta y uno de los rayos cayó sobre la cruz formada por las catanas, Musak voló varios metros y cayó desmayado, cuando despertó las catanas estaban resplandecientes y se sentían muy livianas, casi como dos rayos de tormenta.
Al día siguiente volvió a los entrenamientos y derrotó a todos los que se atrevieron a enfrentarlo, ya nadie quería combatirlo, sus espadas cortaban como mantequilla las de sus oponentes, fácilmente los despojaba de sus armas e iban cayendo uno tras otro, hasta que fue rodeado por varios de ellos que no querían ser más humillados, entonces Musak realizó un despliegue circular y enceguecido aún por el dolor de la muerte de su abuelo proyectó una gran energía abriendo un boquete en el piso y saliendo él, proyectado por los aires se vio un resplandor salir de sus espadas como rayos de una fiera tormenta en tierra. Todos quedaron asombrados y lo trataron de demonio.
Después de la muerte de su padre y su abuelo, no tenía quién lo protegiera, sus tíos lo veían como una amenaza y fue expulsado del castillo. Vagó mucho tiempo solitario, se internó en el bosque y se entregó a la más profunda meditación, pasó por una gran mudanza espiritual mediante la cual descubrió el poder de sus espadas. Esas dos catanas que su abuelo le había regalado, tenían algo especial después de la tormenta, era como si estuvieran cargadas de energía, su brillo era irreal y cuando las agitaba desplegaban un raro color. Después de muchas practicas tratando de replicar lo sucedido en el castillo, solo logró hacer unas pequeñas chispas contra la roca y el color de sus espadas fue palideciendo hasta agotarse, sin embargo algo se había despertado en su interior.
Una noche comenzó a llover inclementemente y la tormenta arreció, Musak estaba convencido que podía absorber el poder de un rayo en sus catanas y dispuesto a cargar sus espadas salió en medio de truenos y centellas buscando un rayo, entonces vio como un rayo surcó el cielo y en la punta una bola de fuego se abría paso entre el espeso bosque. Corrió rápidamente a ver que era lo que había caído del cielo y encontró una gran bola de fuego que había hecho un cráter de varios metros de diámetro, cuando el fuego se extinguió por la lluvia, solo quedo un pequeño pedazo de roca cristalizada. Musak la tomó entre sus manos y la guardó en una pequeña urna que cargaba con él y que su abuelo le había regalado.
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LOS CRISTALES MAGICOS
AdventureEs una historia de acción donde el lector moderno identifica la trama rápidamente y con un texto guía va viendo como se desarrollan los personajes que poco a poco van creciendo en busca de los poderes mágicos que cualquier guerrero quisiera controla...