191 Arco 15-18

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Tenía mucha curiosidad por saber qué respondería su padre.

A lo largo de los años, había visto que su padre estaba realmente bastante satisfecho con He Xiaoluo, pero si tal satisfacción le permitiría tomar otro discípulo, eso era desconocido.

Así que se quedó en silencio junto a la puerta, esperando la respuesta de su padre.

Lin Qi no respondió directamente, sino que preguntó: "Esta fue tu idea para su idea".

El "él" en las palabras se refería naturalmente a He Xiaolu.

He Li dijo: "Fue Xiao Luo quien lo sugirió primero. Aunque era su propio hijo, tuve que elogiarlo por su comprensión. Dijo que tú fuiste quien lo iluminó cuando era joven, y si estabas dispuesto, naturalmente querría adorarte como su maestro".

Lin Qi se rió ligeramente: "Yo no le enseñé a leer y escribir".

He Li negó suavemente con la cabeza: "No es la lectura lo que le ha iluminado, sino otras cosas. De hecho, no importa si es él para todos nosotros, todo el mundo sabe que si no fuera por ti en aquel entonces, nuestros chicos de la aldea no habrían sido tan capaces, y no es sólo Xiao Luo quien quiere adorarte como su maestro, es sólo que no es fácil para los demás mencionarlo."

Se rió a carcajadas: "De hecho, hace tiempo que tenía esa intención, pero dijo que no tenía logros y que no podía ser tu discípulo, así que si esta vez conseguía pasar el examen, se le ocurriría adorarte descaradamente como su maestro."

Lin Qi volvió a frotar la cabeza del viejo perro, sin aceptar ni rechazar, "Vamos a ver".

He Li no sabía lo que esto significaba, pero Gao Qu comprendió que quizás iba a tener otro joven discípulo.

He Xiaoluo entró en el examen de Xiucai como esperaba.

Y no sólo eso, sino que, tras unos años de duro trabajo, primero se convirtió en un erudito y luego, a los veinticinco años, en un estudioso.

Gao Qu permaneció en el mundo mortal durante cuarenta años.

En esos cuarenta años, vio cómo ese pequeño frijolero se convertía poco a poco en un poderoso ministro, haciendo lo mejor para el pueblo.

Y se quedó en He Village.

Cuando tuvo la edad suficiente para tener los dientes sueltos, la aldea de He ya no era lo que había sido, sino que se había transformado en una ciudad.

En el pueblo, en una ladera superior, vivían dos hombres.

O más bien, dos ancianos.

Uno de ellos, cuyo rostro estaba ya cubierto de manchas de la edad, estaba arrodillado en el suelo, cuidando una flor en el suelo.

El otro hombre, el anciano, parecía algo más animado cuando dijo: "¿Quieres llevarlo contigo?".

El mayor tenía una mirada de asombro en sus ojos, "Sí padre, esta peonía definitivamente le gustará a Ruyun".

Lin Qi hizo una mueca.

Estaba seguro de que Gao Qu no tendría la oportunidad de regalarla, e incluso si lo hiciera no dejaría que Ruyun la recibiera, tenía innumerables formas de hacer desaparecer esta peonía antes de volver sólo al Reino Celestial.

Y en ese momento, un hombre entró en el patio.

Miró la peonía de la tierra y dijo con una sonrisa: "Tío, ¿cuándo florecerán tus flores?".

Gao Qu alargó dos dedos y hizo girar una hoja mientras decía: "El día que la flor florezca, ese será nuestro momento".

"¿Irse?" El hombre de mediana edad se congeló y en su rostro afloró una amarga emoción.

El padre de nivel completo del hombre Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora