Gokú traicionado y asesino de espiritus

Capítulo 24: Preludio

-- ¿Eres consciente del término Ratatosk? -- preguntaria Ellen a Tohka que estaba capturada frente a ella

Esta extraña sala inorgánica en la cual la iluminación era poca y el ambiente se sentia pesado.

-- ¡Como si fuera decírtelo! -- exclamaria la espíritu con rudeza

La mujer de traje hizo una pausa antes de decidir seguir hablando.

-- Entiendo, siguiente pregunta, ¿Tienes idea de qué exactamente es Son Gokú?

Ellen parecia no perder su paciencia mientras esperaba que la espíritu se decidiera por hablar.

Como su respuesta solo obtuvo un suspiro pesado.

-- Te llamas Ellen...¿Cierto?...Eras la fotógrafa de la excursión escolar

-- Entonces me recuerdas, es un honor

-- ¿Por qué una fotógrafa haria esto?...¿Acaso no ganas lo suficiente como para comer?

-- Nunca fuí fotógrafa...solo fingía hacerlo

Tohka abrió sus ojos en confusión.

-- Una fotógrafa que no es...¿Cómo es eso posible?

-- Como dije...

Ellen no sabia como explicarle a esta chica lo que en verdad sucedia, todo esto antes de ser interrumpida por una voz que salia de algún altavoz en algún lugar.

-- ¡Por favor, no lo haga, puede ser peligroso!

-- ¿Qué pasa?

La voz al otro lado del altavoz se dirigió esta vez a Ellen.

-- Él quiere ingresar en la sala de aislamiento

-- ¿Quién?

-- El señor Westcott

-- ¿Ike?

Como si el antes mencionado Isaac Westcott escuchara las palabras de la mujer contestó cuando ella preguntó por su nombre.

-- ¿Puedes dejarme pasar, Ellen?

-- No andes jugando, todos estan preocupados por tí

-- Me pregunto que es mejor...¿Un subordinado que trabaja bajo mis órdenes? ¿O uno que trabaja para mi bien?

-- Sea como sea, pertenezco a los segundos

-- No digas eso, mi linda Ellen

Ellen suspiró con pesadez mientras decidia que hacer.

-- Bien, déjenlo pasar

-- ¡Pero...! -- exclamaria otra voz

-- No pasa nada, aún si el espíritu intenta algo mientras yo este aquí todo estará bajo control

-- Entendido...tenga cuidado, por favor

A los pocos momentos, la pared se agrietó y de ahí entraba la figura de un hombre.

Una figura que sin duda alguna hizo a Tohka sentirse muy inquieta.

Un tipo de mirada muy afilada y que no daba ni una pizca de buena espina.

-- ¿Quién eres?

Este hombre de pelo ceniza tenia una sonrisa enigmática que para nada era tranquilizadora.

-- Es un gusto conocerte, Princesa. No...quiero decir, Yatogami Tohka

Estar en presencia de este sujeto de por si a la pelivioleta ya le daba una sensación de naúseas. Algo andaba muy mal.