𖤍 Capítulo 02: El despertar.

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Qué demonios.

El guerrero entrecerró los ojos mientras sumergía el resto de su cuerpo en el lago, cuando la cristalina y templada agua le llegó hasta las orejas, se detuvo conteniendo la respiración y trató de relajarse. Su cuerpo, sin embargo, se negó a cooperar. Toda su anatomía estaba tan rígida como una flecha a punto de ser lanzada al enemigo.

No podía ser posible. Aun si la prueba se encontraba a solo unos escasos metros de él, Yoongi se negaba a creerlo. Intentar tapar el sol con un dedo era inútil por no decir imposible, Yoongi sabía que adoptar esa postura no le serviría de nada, pero necesitaba un plan para antes de entrar a la pequeña cabaña y enfrentar su... ¿Destino?

De no ser porque la gruesa carne entre sus piernas estaba dolorosamente levantada y dura, el guerrero se habría reído de sus pensamientos. Él no creía en una cosa tan banal y absurda como el destino. O al menos, su parte humana no, la parte primitiva y animal por otro lado - aquella que tanto se había esforzado en mantener oculta y saciada - estaba en absoluto desacuerdo con esto.

— Maldita sea — gruñó incorporándose. Permanecer en el lago lejos de apagar su cerebro como siempre lo había hecho, solo estaba logrando frustrarlo y ponerlo de mal humor —. Esto es ridículo, joder — se dijo a sí mismo en voz alta, resoplando y respirando bruscamente, las aletas de su nariz expandiéndose por el enfado —. Ahora mismo irás ahí dentro Min Yoongi y enfrentarás a ese... Ese insecto de miel.

Sí. Por nada del mundo llamaría a ese chico hada su destino, él era un insecto, un insecto que debía aplastar. Solo eso. Y cuanto antes; mejor. Lo que su bestia interna deseara o sintiera por el maltratado y dulce niño carecía de importancia. Joder. ¿Sentir? Yoongi apretó las manos hasta convertirlas en duros puños. ¿Estaba pensando en sentimientos? ¿Y lo acababa de llamar dulce niño? Dioses, estaba enloqueciendo, su bestia lo estaba arrastrando directo al pozo de locura en el que había caído desde que Yoongi sostuvo entre sus brazos a aquel insecto.

— ¿Algo que decir, traidor? — Le espetó Yoongi a su - hasta hace poco -, leal caballo. El sublime corcel de pelaje negro descansaba bajo la sombra de un árbol, alternando entre levantar su simétrica cabeza para mirarlo y tragar la hierba de los matorrales que estaban cerca de sus macizas patas. Tal como lo había hecho su bestia, Yebba actuó de manera distinta a la habitual, siendo peligrosamente dócil cuando más temprano Yoongi colocó el cuerpo inerte del chico hada sobre su lomo. Es más, este ni siquiera había intentado alejarse o rebuznar para oponerse a ello. Ni un relincho o patada como protesta por el desconocido. Nada. Aquello había inquietado al guerrero, sin embargo, sabía que no estaba en posición de reñirlo. Ni en ese momento ni ahora.

Suspirando, Yoongi procedió a vestirse, gracias a que en su mayoría utilizaba ropa de cuero, esta se había secado con tan solo unos cuantos minutos bajo la luz del sol. Una vez vestido y calzado, se dirigió hacia Yebba y sin titubear desenvainó a Ryuichi, su querida espada, el filo de esta brilló bajo los rayos del sol, Yoongi la empuñó con fuerza y caminó hacia la cabaña, no era que la necesitara para enfrentarse al niño hada, más que nada lo hizo por mera costumbre; desde que era un crío a donde él iba, Ryuichi lo acompañaba.

Con Ryuichi en mano, Yoongi entró a la cabaña. Nadamas al entrar, el guerrero retrocedió, asqueado y soltó a Ryuichi en el proceso. ¿Acaso el insecto de miel había muerto? Por el olor que éste desprendía, tal vez era así. La bestia de Yoongi saltó como un resorte ante el mero pensamiento, aruñó y rugió salvajemente en su mente, desesperada por tomar el control solo para comprobar ella misma que lo que el guerrero había pensado era una mentira. Rodando los ojos, Yoongi la hizo retroceder, segundos después una inquietante ola de preocupación mezclada con protección lo azotó, se estremeció de pies a cabeza sin poder evitarlo.

ENCHANTED : ❛❛El guerrero y yo.❜❜ || YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora