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A su corta edad, Jeongin no se había enamorado nunca, y aunque decía que no le importaba y que aún tenía tiempo de sobra para ello, en realidad anhelaba con fervor el amar y ser correspondido.

Lamentablemente, hasta el momento no había llegado nadie con quien él conectara.

Igual, Jeongin rechazaba a cualquiera que intentara coquetear con él, pues sus estándares eran altos y el único que lo alcanzaba (porque fue gracias a él que los puso) era Edward Cullen. Y podía ser que hasta Jasper. O Carlisle.

Demonios, lo único que Yang quería era un lindo novio vampiro.

—¡Jeongin, te toca sacar!

El mencionado salió de su ensoñación, estaba en medio de un partido de vóleibol.

No sabe por qué accedió a jugar, si lo único que conoce de dicho deporte fue gracias a que vio todas las temporadas de Haikyuu!! (gran anime por cierto).

Sorprendido, hizo un buen saque y continuó jugando. No faltaba mucho para terminar el set y su equipo llevaba las de ganar.

Al cambiar posiciones, quedó como bloqueador, notó que él colocador haría una finta y estaba más que listo para detenerla.

Distrayendo su mirada hacia el colocador, se dio cuenta que se trataba de Minho.

El contrario volteó hacia su dirección, y cruzaron miradas.

Los ojos de ambos brillaron, y Jeongin sintió un escalofrío recorrerlo entero.

Y por estar tan concentrado en los oscuros ojos de Minho, no vio como el balón iba a directo a su rostro.

𖨂  esto NO es un crepúsculo   ٠𓆪

Después de desmayarse por el impacto, despertó en la enfermería.

—¿Estás bien?— preguntó Minho, quien estaba sentado al lado suyo.

Jeongin asintió, todavía le dolía la cara pero era pasable.

—¿Quieres que te ayude?— el pelinegro señaló las banditas que Jeongin tenía sobre la nariz.

Al recibir una respuesta afirmativa, Minho retiró dichas banditas y al terminar soltó una ruidosa carcajada.

Confundido Jeongin se acercó a un espejo y miró su nariz que estaba morada e hinchada. Se parecía a Billy de Las Sombrías aventuras de Billy y Mandy.

En ese momento entró Jaeyoon, azotando la puerta.

—¡Jeongin, ya me contaron que Minho te golpeó en la cara con un balón!— exclamó, tomando el rostro del castaño —Esto no se va a quedar así, vamos a pegarle también.

—Eh, eso no será necesario, yo después se lo compensaré a Jeongin— habló Minho —Nos vemos luego— se despidió del castaño con una sonrisa.

Yang sintió un revoloteo en su estómago.

Mientras Jaeyoon no entendía lo que había pasado.

     ᥫ᭡ 𝐄𝐒𝐓𝐎 𝐍𝐎 𝐄𝐒 𝐔𝐍 𝐂𝐑𝐄𝐏𝐔́𝐒𝐂𝐔𝐋𝐎 ! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora