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Era una vez una hermosa doncella que se enamoró perdidamente de un caballero joven y guapo. Tuvieron un romance mágico y poderoso y el caballero llevó a su amada a una tierra lejana y se casó con ella.

Pero ellos no vivieron felices para siempre.

Diez años después del día de la boda, murieron en un incendio, dejando a su único hijo al cuidado de la hermana gemela de mi madre. Tía Mihwa había enviudado hacía poco y tenía dos hijas gemelas. Ya era bastante malo que mi madre se hubiera fugado con un caballero, dejando una mancha negra en el nombre de la familia pero también me dejó sin dinero y sin mi herencia. Tía Mihwa ya albergaba un gran resentimiento, y tener que hacerse cargo de mí no mejoró su disposición. Y sí, a veces pensé que el destino había sido un poco injusto, era un tema sobre el cual decidí no insistir.

[...]

El día que conocí al príncipe comenzó como cualquier otro. Me levanté temprano para hacer las tareas: avivar el fuego, recoger los huevos, alimentar a los animales y luego ayudar a Dahyun, nuestra cocinera, a preparar un desayuno tardío para la familia. Mis primas, Yeji y Lia, estaban más agitadas que de costumbre.

—Te digo, madre— Lia dijo —Los sirvientes están hablando de ello.

Yeji me miró fijamente a mí y puso los ojos. Ella dijo con evidente desdén. —¿Qué saben ellos?

—A veces un poco más— Respondió tía Mihwa. —Los sirvientes escuchan cosas. Ellos ven cosas que otros no ven— Se dio la vuelta para mirarme. —Cinder, ¿qué has oído?

Rara vez se molestaban en hablar conmigo, a menos que fuera para darme órdenes, y la charla de Mihwa me dejó un poco preocupado porque ciertamente nunca pidió mi opinión sobre cualquier cosa.

Me aclaré la garganta.

—Bueno, he oído lo mismo que Lia. El príncipe está en la ciudad, pero también he oído que hay un grupo de enanos que viven en el bosque acumulando diamantes, que el rey del país vecino está quemando todas las ruecas de su reino porque tiene miedo de los pinchazos y que la criada Bella besó un sapo y se convirtió en duque— Me encogí de hombros —Los sirvientes hablan demasiado y no creo en la mayoría de lo que escucho.

—¿Lo viste? — Preguntó su hermana Yeji. Eran gemelas, pero no idénticas. Ambas tenían un hermoso cabello largo y oscuro y caras bonitas, pero lo que era bonito en Lia, era deslumbrante en Yeji. Todo en ella parecía brillar, pero por desgracia, su personalidad no se correspondía exactamente con su aspecto encantador. Ella me miró con disgusto.

—No son nada más que mentiras y rumores.

Pero la tía Mihwa no estaba lista para descartarlo. —¿Quién dijo que el príncipe está aquí? — Preguntó ella.

—Bueno, me enteré de que Eunwoo escuchó a Sunmi, quien escuchó a Jaehyun. Jaehyun que hace la limpieza debe haber oído hablar a su hermano. Él trabaja en el establo de la posada. Dijo que habló con uno de los guardias del príncipe, y el guardia dijo que...

—¡Que el príncipe está viniendo aquí para encontrar una novia! — Lia terminó por mí. Ella estaba prácticamente saltando en su silla de la emoción.

—Está bien— Concluyó. —Eso es lo que he oído.

Yeji me observó fría y calculadora y se volvió para mirar a su hermana y a su madre. Odiaba estar de acuerdo conmigo sobre cualquier cosa pero no era estúpida. Era evidente que no tenía nada que ganar al continuar insultándome y todo que ganar al abrazar el drama. Estaba evaluando claramente la situación, tratando de decidir cómo cambiar de lado y hacer que parezca como si hubiera estado en lo correcto todo el tiempo.

aska pojkeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora